La logística del transporte de cargas terrestre experimentó una notable transformación en los últimos años, influenciada por múltiples factores. La pandemia, las innovaciones tecnológicas, la explosión del comercio electrónico y el surgimiento de nuevos sectores productivos, convergieron para crear un escenario logístico complejo y dinámico.
Según datos recientes del BID Lab, más del 90% del transporte de mercancías en la Argentina y América Latina se realiza a través de medios terrestres, lo que resalta la importancia de abordar los desafíos específicos de cada sector.
“La pandemia fue un catalizador para cambios profundos en la logística del transporte terrestre. El rápido crecimiento del e-commerce alteró las expectativas de entrega, la frecuencia de los envíos e intensificó la presión sobre la logística para ser más ágil y eficiente”, advierte Luciano Gulletta, On Demand Domestic manager de Avancargo, plataforma de logística 3.0 que une a transportistas con dadores de carga.
En paralelo, las innovaciones tecnológicas revolucionaron la gestión logística. Gulletta explica que la implementación de sistemas de gestión de flotas, rastreo en tiempo real, inteligencia artificial y análisis de datos permiten una mayor visibilidad y control sobre las operaciones de transporte de carga, lo que eleva el piso de demandas y expectativas de los distintos actores que conforman el ecosistema, empezando por el usuario final. Pero el panorama general es más complejo.
Los dolores del agro
Las inclemencias climáticas, especialmente las lluvias, generan dolores de cabeza en la logística agropecuaria. Gulletta describe la situación común donde, después de un pedido para 10 camiones, la lluvia convierte los campos en intransitables. Esta situación no solo afecta al dador de carga y al transporte, sino también a los costos. El cliente, al no poder recibir la carga, cuestiona lo que en la jerga se llama “falso flete“. Aquí es clave el acceso a plataformas que, al tener una amplia red de dadores de carga, puedan redistribuir los camiones a otras operaciones.
El agro presenta un desafío adicional en comparación con otras industrias: la estacionalidad. La dependencia del clima y la necesidad de cosechar en el momento justo generan una demanda repentina de camiones. Soluciones que supongan el acceso rápido a una extensa red de transportes, pero sobre todo con capacidad para disponibilizar nuevos a través de una gestión documental digitalizada, permitirá a un operador poder manejar mejor estas situaciones.
Larga distancia
En la división de larga distancia uno de los dolores de cabeza más urgentes es la vacancia en el retorno de los camiones. La preocupación principal radica en el impacto económico y logístico que conlleva enviar un vehículo de regreso sin carga.
Gulletta explica cómo las plataformas de logística 2.0, al contar con una extensa red de dadores de carga en todo el país, logran mitigar el problema de los retornos vacíos. “La clave reside en la capacidad que tienen las plataformas para coordinar y optimizar los flujos de carga y retorno con cada cliente. Al tener una presencia nacional y conectividad con diversos dadores de carga, pueden maximizar la utilización de los camiones, asegurando que cada retorno sea productivo y no implique pérdidas económicas ni logísticas”, menciona.
El sector Oil & Gas y el plus de Vaca Muerta
El sector de Oil & Gas es una actividad con estándares muy altos en materia de fiscalización. Esto produce una sub utilización de la amplia oferta de PyMEs transportistas, muchas veces familiares y analógicas, a las que les cuesta todavía lidiar con los requisitos de auditoría de los grandes dadores de carga.
Con una extensión de 30.000 km², Vaca Muerta se convirtió en uno de los yacimientos con mayor potencial de desarrollo en el mundo. Sin embargo, a pesar de su potencial, la explotación del yacimiento presenta desafíos logísticos inéditos.
“El uso del fracking es uno de ellos”, apunta Gulletta. El experto explica que por la técnica de extracción que se usa en esta formación, se necesitan miles de perforaciones y pozos horizontales. Se trata, en cada caso, de llevar arena, agua, químicos, tubos, máquinas de todo tipo, por lo que “es necesario tener también camiones dispuestos a mover todo eso”, agrega.
La ubicación de los yacimientos en Vaca Muerta también plantea desafíos. A diferencia de los yacimientos tradicionales, los de esta zona se desplazan geográficamente con rapidez, lo que hace que la infraestructura necesaria deba moverse en consecuencia. Este constante cambio de ubicación exige una logística ágil y flexible, donde los camiones juegan un papel crucial.
Mercancías peligrosas y de carga Internacional
El transporte de mercancías peligrosas presenta una serie de desafíos propios que requieren una atención meticulosa para garantizar la seguridad y eficiencia del proceso. Para Gulletta, estos van desde la clasificación y etiquetado de los productos, hasta el embalaje específico que se requiere, la documentación o la capacitación del personal. Incluso hay un paso extra cuando se trata del cumplimiento normativo, las respuestas en caso de emergencia o el impacto en el medio ambiente.
Por otra parte, el transporte de carga transfronteriza, esencial para el comercio internacional, presenta sus propios retos que deben abordarse para garantizar un proceso fluido y eficiente. El más claro es el de las barreras idiomáticas, donde trabajar con proveedores multilingües y expertos en regulaciones aduaneras es clave, pero también hay temas de clumplimiento normativo de cada país o despachos de aduanas, o incluso fluctuaciones en el tipo de cambio.
A medida que los sectores evolucionan y surgen nuevos desafíos, la logística terrestre se enfrenta a la tarea de adaptarse continuamente para mantenerse a la vanguardia. “En este contexto de cambios profundos y desafíos multifacéticos, son necesarias soluciones integrales, que ofrezcan flexibilidad, adaptabilidad y tecnología avanzada para abordar las complejidades del transporte de cargas terrestres en esta era de transformación logística”, concluye Gulletta.