El campo vuelve a ser la noticia. La concurrencia de problemas climáticos y enfermedades en las plantas, nos lleva a ser pesimistas sobre el fuerte ingreso de divisas en los próximos meses.
La principal mirada se está centrando sobre el maíz tardío, el que se siembra en los meses de diciembre y en enero, cosechándose entre julio y agosto. Tuvimos concurrencia de lluvias en exceso, sequias en el norte argentino pocas veces vista, una chicharrita que es la que transmite el spiroplasma, una enfermedad en las plantas de maíz que pueden hacer reducir su producción en hasta un 70% y por si faltara poco, ráfagas de viento de hasta 120 kilómetros por hora que tumban plantas y abortan la producción.
¿De qué números estamos hablando? En maíz se esperaban 57 millones de toneladas, no tenemos certezas de cuál puede ser el número final de la cosecha, pero trataremos de hacer una aproximación.
Los exportadores ya anotaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior por 21,8 millones de toneladas de la campaña 2023/24. Esto implica que ya pagaron los derechos de exportación de esta cantidad de mercadería. En la Argentina se consume maíz por el equivalente entre 16 y 18 millones de toneladas. Si tomamos este último valor podríamos decir que hay compromisos por casi 40 millones de toneladas.
En el mercado hay maíz comprado por solo 13,3 millones de toneladas, de los cuales se le puso precio solo a 5,2 millones de toneladas.
Si hay una merma en la cosecha de maíz que supere los 10 millones de toneladas, la economía comenzara a sentir los efectos colaterales a saber:
1 La cantidad vendida con precio son 5,2 millones de toneladas, versus compromisos externos e internos por 40 millones de toneladas. Esto nos muestra que una merma importante en la cosecha jalará los precios a la suba, lo que impactará en toda la cadena del maíz, y pondrá más rebeldes a los precios. El maíz futuro debería dar en breve señales de suba.
2 Una merma en la producción implicara menos dólares para el Tesoro. Si las pérdidas se potencian, te diría que estamos muy cerca del techo de exportación. En la campaña 2020/21 exportamos 40,4 millones de toneladas, en la campaña 2021/22 exportamos 33,9 millones de toneladas y en esta campaña tenemos declaraciones de ventas al exterior por 26,4 millones. En el mejor escenario estaremos igualando lo exportado en la campaña anterior.
3 La enfermedad sobre la planta de maíz está afectando al maíz tardío. Córdoba es el mayor productor de este maíz, con lo cual esto trae una crisis a la provincia de características desconocidas. Los productores, luego de años de problemas climáticos, tendrán dificultades para afrontar los pagos de esta campaña y lograr el capital de trabajo necesario para la siguiente.
4 La mala cosecha de maíz traerá problemas diversos: menos dólares a las reservas, más precio a los alimentos, quebrantos en muchas explotaciones agropecuarias, y un efecto pobreza focalizado en las provincias que son grandes productoras.
En lo que respecta a la soja, si bien se estiman 50 millones de toneladas de producción debemos ser muy cautos, porque vamos a tener mucha merma por problemas climáticos de sequía en el norte y abundantes lluvias en algunos lugares de la zona sur. Sin embargo, ingresaran más dólares por este producto, ya que el año pasado la cosecha fue de 21 millones de toneladas.
El trigo viene complicado. Con el precio internacional actual la intención de sembrar trigo se ha derrumbado. El precio es muy bajo a nivel internacional y Argentina quedó con impuestos muy elevados. Recordemos que este producto tiene 12% de retenciones. En la campaña pasada se cosecharon 15,1 millones de toneladas. Para la campaña actual, si no hay una baja de retenciones, la cantidad cosechada será mucho menor a la última campaña.
Conclusiones
Mientras la mayoría de los economistas dan a la cosecha 2023/24 como un tema cerrado, debemos alertar que es un tema abierto. Es cierto que ingresarán más dólares por la soja, pero cuidado que el maíz nos puede dar un gran dolor de cabeza y que las intenciones de siembra del trigo se están derrumbando.
La suba en el precio del trigo y el maíz van a impactar en el índice de precios, con lo cual la inflación seguirá rebelde por un largo tiempo. Estamos en el peor escenario, pocas cantidades, precios altos para el mercado interno y baja rentabilidad para el productor. Si lo miramos del lado del Estado, tendrá menos ingresos fiscales y pocos dólares a las reservas.
Si miramos geográficamente los problemas climáticos, vemos que Córdoba y el noreste argentino serán los más afectados. Con productores que van a desaparecer en esta campaña y los que queden en pie deberán hacer malabares para conseguir el capital de trabajo necesario para la próxima campaña. Creemos que vamos a ver una baja en el precio de los alquileres. Si ello no ocurre para el año próximo tendremos menos productores en el negocio.
Por si todo esto fuera poco, la campaña 2024/25 tiene una alta probabilidad de que sea un año Niña. Esto implica lluvias por debajo de lo normal.
El campo no está teniendo revancha. Es hora que el gobierno, mediante políticas activas, genere alguna acción para detener la crisis que atraviesa. El día viernes se conoció el stock vacuno, que al 31 de diciembre ascendió a 52,78 millones de cabezas, mientras que un año atrás ascendía a 54,24 millones de cabezas, una caída de 1,46 millones de cabezas. Stock que baja, implica negocio que no cierra. Otro sector con problemas que ahora está mostrando bajas en la exportación por la caída en el precio de la exportación a China, agravado por la relación de nuestro gobierno con el país oriental.
En resumen, cuidado que el flujo esperado de dólares del campo no está. Vendrán dólares, pero menos de los que desea la media de consultores más el gobierno y esto puede cambiar el escenario de la economía nacional.