El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que, durante enero, las exportaciones argentinas alcanzaron un total de US$ 5.890 millones un 9,1% más interanual y 1,5% menos intermensual. Mientras que las importaciones sumaron US$ 5.748 millones, lo que significó un aumentó del 24,6% en relación al mismo mes del año pasado y un 3,3% más en comparación a diciembre.
Este intercambio comercial representó un crecimiento del 16,3% en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando un volumen total de US$ 11.638 millones. Como resultado, la balanza comercial registró un superávit de US$ 142 millones, marcando el decimocuarto mes consecutivo con saldo positivo, aunque en tendencia decreciente.
En diálogo con Ser Industria Radio, Verónica De Marco, directora de VDM Logistics, analizó estos números con una mirada crítica. “Es preocupante porque entre lo que es importación y exportación hay una brecha del 1% y el escenario actual es totalmente distinto al de hace algunos meses. Las proyecciones para este año dependen de decisiones clave que puedan tomarse en el corto plazo, como la recuperación económica de Brasil, las políticas del Presidente Donald Trump en Estados Unidos y la evolución de la guerra comercial con China.
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En este contexto, Latinoamérica se convierte en un mercado atractivo para China, “lo que plantea el desafío de cómo mantener el nivel de importaciones sin afectar la industria nacional y al mismo tiempo, fortalecer el sector exportador. Claramente, el país deberá reinventarse para ampliar la brecha a favor de las exportaciones“.
Consultada sobre la posibilidad de un incremento en las importaciones desde China a raíz del conflicto con Estados Unidos, De Marco expresó su preocupación. “Sí y es lo que más inquieta a los exportadores. Un ejemplo reciente es el aumento del arancel del 25% a la industria del acero y el aluminio. Lo que más preocupa es que haya un aluvión de importaciones chinas hacia Argentina. Una de las herramientas implementadas y que se extenderá hasta el 30 de junio es la reducción y eliminación de derechos de exportación. Quizás esta medida podría ampliarse a sectores clave para mejorar su competitividad internacional”.
Desregulaciones y tipo de cambio
En cuanto a la política de desregulación implementada por el gobierno de Javier Milei, De Marco destacó tanto los aspectos positivos como los desafíos pendientes. “Para mí, las desregulaciones son necesarias y positivas, ya que facilitan la apertura de la importación, lo que es crucial porque sin importación no hay exportación. Muchos insumos y bienes de capital se importan para la producción y este es uno de los rubros que más ha crecido en las importaciones recientes”.
Sin embargo, consideró que es fundamental que junto con la apertura “se desarrolle una política de incentivo a la exportación. No deberíamos preocuparnos tanto por la importación, sino por encontrar mecanismos para que nuestras exportaciones sean más competitivas”. También apuntó que es clave reducir los costos logísticos e impositivos para potenciar el sector exportador. “Es muy importante que el gobierno tome medidas para poder alivianar la carga impositiva para poder aumentar las exportaciones”, dijo De Marco.
Sobre el impacto de la reducción de trámites en los costos empresariales, la especialista enfatizó la importancia de agilizar los procesos. “Más allá de que sea más barato, lo esencial es la rapidez en los trámites de importación. Un empresario puede pagar un costo, pero si debe esperar seis o nueve meses para recibir un insumo, el negocio se vuelve inviable. La flexibilización en costos y tiempos siempre es un beneficio para la producción“.
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Respecto al impacto del tipo de cambio en la competitividad exportadora, De Marco consideró que el dólar bajo favorece las importaciones, pero genera dificultades para las exportaciones. “Por eso, la reducción o eliminación de los derechos de exportación aliviaría la situación de las empresas, permitiéndoles ser más competitivas”. Afimró que se necesitaría un programa que brinde más herramientas a las empresas exportadoras, ya que “los dólares que ingresan por exportaciones son fundamentales para el gobierno”.
Ante el interrogante sobre si es más conveniente reducir costos impositivos que recurrir a una devaluación, De Marco fue contundente al contemplar que mejorar la infraestructura y reducir la carga impositiva son “medidas más eficaces para potenciar la competitividad exportadora. Hace poco se discutió el proyecto de la hidrovía, que finalmente no se concretó. Estas iniciativas pueden reducir costos logísticos significativamente, pero deben ejecutarse en plazos razonables y no postergarse durante décadas“.
Mercado externo
En cuanto a la falta de cultura exportadora en Argentina, De Marco señaló que la incertidumbre económica y política son factores determinantes. La inestabilidad impide pensar a largo plazo. Para fomentar las exportaciones “primero es necesario generar confianza y atraer inversiones. Sin previsibilidad, es difícil que una empresa se arriesgue a abrir un mercado internacional”.
A lo largo de su trayectoria, la especialista acompañó a varias empresas en el proceso de exportación, aunque destacó que muchas priorizan la importación. El sector exportador está golpeado y los constantes aumentos de costos reducen los márgenes de ganancia. “Mantener una relación comercial con clientes en el exterior es complejo debido a los cambios políticos internos”, indicó.
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Además, remarcó que su preocupación porque “Argentina es extrenadamente vulnerable a variaciones externas de sus principales socios comerciales” como son Brasil, China, la Unión Europea y Estados Unidos.
En relación con un posible tratado de libre comercio con Estados Unidos, mostró cautela. “Sería ideal, pero no sé si es viable. Estados Unidos es uno de los principales inversores en Argentina y ya tiene una fuerte participación en nuestra economía. En última instancia, dependerá de su decisión aceptar o no un acuerdo de libre comercio”.
Asimismo, De Marco observó que la importación de bienes de consumo y productos adquiridos por e-commerce está en aumento. “Se espera que en el segundo semestre haya un crecimiento significativo de la importación vía courier. En Ezeiza ya se está desarrollando una terminal exclusiva para este tipo de operaciones”.
Finalmente, consultada sobre si algunas empresas han optado por dejar de producir para importar directamente, De Marco aclaró que “no, las empresas que importan lo hacen porque los productos no se fabrican localmente y son necesarios para la producción”. Por el momento, no habría una sustitución de producción nacional por importaciones, sino una necesidad de abastecimiento de insumos clave.