El contexto actual del país, se muestra incierto a la hora de pensar en un ahorro viable. Este panorama hace pensar que la adquisición de productos de lo que se denomina el mercado de lujo se presente como una buena alternativa.
Son inversiones que pueden volverse un lugar seguro. Sin ir más lejos, las cotizaciones de las acciones de los principales grupos empresarios dedicados a este segmento lo demuestran. En los mercados europeos, las acciones de Louis Vuitton escalaron un 2,8%; Hermes, un 2% y Richemont, un 3%. En paralelo, las empresas tecnológicas cayeron un 3,2% en el mismo periodo.
Por otro lado, el valor de resguardo de estos objetos, está dado cuando la demanda se muestra sostenida en niveles mayores a la intensidad productiva de las empresas. Esto no solo asegura su valor futuro, sino que además estamos viendo que se motoriza un mercado de reventa de relojes usados, por ejemplo, que crece año a año. En Ginebra, funciona la Fundación de Alta Relojería que organiza un Salón Anual del usado, impulsando las exportaciones suizas de relojes de segunda mano. Las mismas se estimaron en más de 20.000 millones de francos suizos en 2023.
Otro aspecto interesante de estas inversiones, especialmente en joyas y relojes, es su cotización en divisas variables, porque si bien sus precios son por lo general indicados en dólares, el valor final no depende de las fluctuaciones de la divisa con la moneda local. En el caso de las joyas está sujeto a la cotización del oro y en el de los relojes, a la variación del Franco Suizo, que ha llegado a superar en más de un 10% al dólar.
Su vigencia en nuestro país representa una posibilidad de ahorro en tiempos de inestabilidad, componiendo un producto atesorable, de rentabilidad conservadora, discreta pero perdurable y de alto valor emocional y simbólico.
En la Argentina del último trimestre se vive un proceso recesivo con alta inflación, pero dado que los productos de relojería y joyería de lujo están sujetos a la cotización de las divisas y éstas se mantienen estables, podríamos inferir que es un buen momento para cubrir los ahorros en estas piezas atesorables.
El consumidor local es un público conocedor y actualizado, por eso al adquirir una pieza de alta relojería o una joya de gran valor, sabe elegir marcas y productos de prestigio, exclusividad y cualidades apropiadas para conservar su valor.
Si consideramos que el 5% de la población integra el segmento ABC1 y lo comparamos con el total de importaciones de relojes de alta gama, podemos ver que existe un público objetivo de 9.000 personas por cada reloj importado, lo cual muestra un mercado objetivo apropiado para un mercado altamente concentrado en marcas y empresas con dedicación específica.
El mundo está en convulsión, la volatilidad de las monedas y la inestabilidad de las bolsas colocan al mercado de lujo entre las opciones de inversión más conservadoras. El paso de la historia nos lo demuestra y la etapa actual de los ciclos económicos y sociales nos coloca en un momento oportuno.
Se trata de elegir muy bien el producto concreto y para ello el asesoramiento de un agente oficial de cada marca es fundamental.