La naviera uruguaya fortalece sus operaciones con transporte de combustible entre los puertos de Nueva Palmira, Paysandú y Montevideo.
Con un notable poder de convocatoria entre empresarios, funcionarios y fuerzas de seguridad, la naviera uruguaya Nautimill, botó el remolcador por empuje, Doscapi S. Con este nuevo buque, de más de 2.000 HP de potencia, cuya madrina fue Julia Schinoni, la firma cuenta con una flota de cinco remolcadores para operar entre las terminales de Nueva Palmira, Paysandú y Montevideo.
“En Nautimil, no dejamos de soñar porque creemos en nuestro capital más importante, el humano. El crecimiento constante es el fruto del trabajo de nuestra gente. Trabajamos para dar un mejor servicio, convencidos de que los resultados llegan de la mano del esfuerzo, buscando siempre la excelencia”, dijo Carlos Schinoni, director de la naviera uruguaya.
La empresa arrancó, en 2005, con una pequeña nave que había sido adquirida a la Armada uruguaya y, hoy, es el buque insignia.
Cuando lo compramos era un solo oxido. Hoy, es nuestro buque insignia, lo estamos haciendo nuevo con mucho cariño, Fue a partir de ese pequeño remolcadorcito que empezamos a generar trabajo e inversiones, recordó Schinoni.
El Doscapi S, posee 19 metros de eslora, 8,60 de manga, y puede considerarse como cero kilómetro. Fue adquirido en Houston, Estados Unidos, y cada motor contaba con sólo ocho horas de uso.
“Nunca me canso de repetir que esta realidad no hubiese sido posible del otro lado del río Uruguay o del Río de la Plata. Yo sé cómo se vive en la Argentina, las dificultades que ponen las autoridades. Recientemente tuvimos una barcaza secuestrada por la aduana argentina, y digo secuestrada porque es la palabra que mejor lo define. También hay 32 barcazas paraguayas secuestradas por la Aduana argentina en el río Sauce. Es muy difícil trabajar del lado argentino”, resaltó Schinoni.
El directivo señaló que compramos este barco con un crédito del Banco República del Uruguay, a quien nunca le vamos a estar suficientemente agradecidos por el apoyo, porque sin él ésto no se hubiera podido realizar. Siempre estuvo presente para apoyarnos y darnos créditos a tasas promocionales. En la Argentina, para sacar un crédito, primero, hay que demostrar que, realmente, no se lo necesita, y después con suerte y amistad se lo dan.
El nombre
Ruben Varela, director de Nautimil explicó el nombre del remolcador: “En la escuela naval, el Doscapi, era la forma de definir un ejercicio físico en el que se producen varias vueltas carnero. Cuando mi padre estaba en la escuela escribía en la revista Barlovento, medio periodístico de la escuela, y firmaba los artículos como Doscapí. Cuando me tocó a mí estar en la escuela naval, también escribía en la misma revista y firmaba como Doscapí 2. La S, en el nombre es porque todos nuestros barcos llevan esa letra”.
Si bien el principal servicio de Nautimill es el remolque de empuje o tiro de barcazas, buques y artefactos navales, la firma también cuenta con experiencia, conocimiento y la capacidad operativa para brindar servicio de tripulación, logística y todo lo necesario para operar buques y barcazas en toda la región. Asimismo, ofrece otros servicios como transporte vía fluvial, apoyo de buceo, salvamento y batimetría.
Para Varela, uno de los secretos del éxito pasa por la seguridad jurídica y estabilidad económica del Uruguay.
“Al principio y por única vez el Gobierno nos dijo que no íbamos a pagar el Impuesto a las Ganancias, y no pagamos. Las empresas navieras no abonan este gravamen en el Uruguay. Por otra parte, el Banco de la República del Uruguay nos ayuda con préstamos para el desarrollo con tasas internacionales del 5,5% anual. Una tasa que los bancos argentinos cobran por mes. Estamos importando unidades de los Estados Unidos sin inconvenientes, porque se pueden ingresar embarcaciones usadas sin impuesto ni arancel”, resaltó el directivo.
Finalmente, Varela y Schinoni tuvieron un reconocimiento especial para clientes, proveedores, la Prefectura y la Armada del Uruguay.