La justicia francesa detuvo hoy al ex presidente de Franciapara interrogarlo en un presunto caso de esa práctica ilegal y “violación de secreto de instrucción”.
Sarkozy, de 59 años, se encuentra detenido desde las 8 (3, hora en Argentina) en la sede de la Oficina Central de Lucha Contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF, por sus siglas en francés) en Nanterre, en el límite sureste de la capital francesa.
El ex mandatario permanecerá, al menos, 48 horas detenido en la OCLCIFF, aunque los jueces podrían solicitar extender la detención por otras 24 horas.
La investigación busca dar con “una red de informantes” en el seno de la policía y la Justicia, susceptible de informar al ex presidente sobre los procesos judiciales que pueden amenazarlo.
La noticia, inédita por tratarse de un ex presidente, se apoderó de la actualidad en la mañana francesa, donde radios y canales de televisión realizaron emisiones especiales para seguir la detención del ex mandatario conservador.
Ayer, la justicia gala había comenzado a cerrar el cerco en torno al ex Jefe de Estado con la detención de su abogado y dos importantes magistrados acusados de haber advertido a Sarkozy de que la Justicia había intervenido su teléfono móvil.
El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, y el magistrado de la Corte de Casación Gilbert Azibert, fueron interrogados en sus domicilios en la madrugada del lunes y luego detenidos por policías de la OCLCIFF.
Otro magistrado, Patrick Sassoust, abogado general de la Cámara criminal de la Corte de Casación, también fue detenido a primeras horas del lunes.
Los tres hombres continuaran siendo interrogados hoy por los mismos cargos que Sarkozy.
Las escuchas al ex Jefe de Estado fueron decididas en septiembre de 2013, en el marco de otra investigación preliminar entorno a las acusaciones de financiamiento de su campaña presidencial de 2007 por parte del ex líder libio Muammar Kaddafi.
La investigación busca dar con “una red de informantes” y las sospechas se incrementaron a fines de 2013, cuando los investigadores constataron un tono lacónico al teléfono y descubrieron que Sarkozy poseía otro teléfono celular con un nombre falso, adquirido por su abogado para mantener la confidencialidad en sus conversaciones.
En esa oportunidad, el abogado del líder conservador denunció un “caso político” y llevó a Sarkozy a salir de su autoimpuesto silencio al firmar una columna en el diario conservador Le Figaro, el 21 de marzo, fijando posición.
Sarkozy denunció allí las “manipulaciones groseras” del “poder en plaza” y acusó a la Justicia francesa de utilizar métodos de la Stasi, la policía política de la Alemania oriental reconocida por haber realizado numerosas escuchas de sus ciudadanos.
La detención de Sarkozy tiene lugar en momentos donde su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) se encuentra amenazada por divisiones, derrotas electorales y deudas que pueden llevarla al quiebre y la colocan en peligro de eclosión.
Pero además de la investigación sobre el posible tráfico de influencia y el posible financiamiento de su campana electoral con dinero libio, la Justicia gala mantiene abierta varias investigaciones donde figura el nombre del ex mandatario, retirado de la política tras la derrota en su intento de reelección, en mayo de 2012, frente al socialista Francois Hollande.
La semana pasada, la Fiscalía de París abrió una investigación sobre el financiamiento de la campaña presidencial de 2012, apuntando a la costosa organización de sus actos, financiados por su partido para poder pasar el limite de gastos permitido.
Además, en el caso sobre el arbitraje que benefició al controvertido empresario Bernard Tapie en detrimento del Estado y la Justicia también investiga los contratos que el gobierno de Sarkozy realizó con institutos de encuestas durante su mandato (2007-2012).