Tras la primera semana sin cepo, el anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la llegada de US$12.000 millones del préstamo, el presidente de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), Guillermo Siro, hizo un análisis de la situación general.
El empresario expresó no ser “promotor de acuerdos con el Fondo”, aunque admitió que se logró algo importante. En el mismo sentido, afirmó que “el mejor financiamiento es para el desarrollo de actividades productivas que generen recursos para pagarlo”.
Por otra parte, consideró que desde hace muchos años Argentina no tiene una política industrial que pueda conquistar mercados internacionales y en consecuencia se hace muy difícil generar dólares. También insistió en que es necesaria una reforma tributaria ya que los productos nacionales exportables tienen un 20% de componente impositivo “condición que los saca de cualquier posibilidad de ser competitivos”.
¿Cómo evalúa el nuevo acuerdo con el FMI?
Desde hace años estamos en el FMI, con uno de los mayores empréstitos o créditos que tiene el organismo. Vemos con buenos ojos la renovación y ampliación del acuerdo. No porque seamos promotores de ir al Fondo, sino porque ya estábamos y acordar nos evita conflictos y que se tomen medidas internacionales, fundamentalmente la actividad económica y permite pensar en un panorama de sustentabilidad. Igualmente, como industrial y empresario que todos los meses paga el 931 y el 731, considero que el mejor financiamiento es para el desarrollo de actividades productivas que generen recursos para poder pagarlo. En este caso, no estamos tan seguros de que esto vaya a ser así. Esperemos que este acuerdo permita darle certeza a un problema endémico que tiene la República Argentina.
¿Cuál es ese problema?
La generación de dólares. Desde hace muchos años, Argentina no tiene una política industrial que pueda conquistar mercados internacionales. Eso nos permitiría exportar productos y mano de obra, bienes y servicios, para obtener recursos genuinos. No solamente a partir de la producción primaria o de la explotación energética, sino del trabajo de los argentinos. Cuando Argentina tenga una política comercial que permita el desarrollo con valor agregado y trabajo argentino, vamos a resolver este problema. Es lo que están haciendo países como Brasil u otros vecinos, que utilizan una dinámica de desarrollo de oferta exportable con valor agregado y básicamente industrial.

¿La quita del cepo trae previsibilidad o incertidumbre?
Los cepos no sirven. Son medidas que se preocupan únicamente por dar un valor irreal al dólar, porque si alguien quiere comprar el dólar al valor del cepo, no puede conseguirlo, privilegio que se reservan algunos amigos del poder. Eso, claramente, no sirve como una política económica. Estamos de acuerdo con que el valor del dólar sea el valor de mercado, tanto para la importación como para la exportación, porque si no, nos saca del mercado. En Argentina tenemos que trabajar sobre problemas de un costo real, que otros países no tienen. Eso se hace a través de una amplia reforma tributaria, ya que el 20% del precio de un producto FOB es impuesto. En todo el mundo quien aplica los impuestos es el país que recibe la mercadería, no el que exporta. También tenemos un costo laboral importante por deficiencias de una ley de Contrato de Trabajo que durante muchos años lo único que hizo fue promover la informalidad, que desfinancia cajas y promueve una competencia desleal. Debemos orientarnos hacia la formalidad y la competencia legal y leal.
Igualmente, cepo sigue existiendo…
Sí, se flexibiliza para particulares, no para las personas jurídicas. Es una buena señal, porque vamos a dejar de tener un dólar subvaluado, que lo único que hacía era que las importaciones, el trabajo de los trabajadores de otros países, sea muy económico en la República Argentina. Uno de los problemas que tenemos no es solamente la recuperación del valor del dólar a la paridad de mercado, sino también la normalización de las actividades de exportación e importación, donde tengamos en cuenta las políticas que aplican fundamentalmente los países del sudeste asiático de dumping económico y dumping social. No podemos competir con eso. Porque ninguno de nosotros quiere desarrollar un dumping social y porque cada producto exportado de origen industrial tiene un fuerte componente impositivo.
¿Qué impacto prevé en el comercio exterior?
Para las exportaciones, mejoran el tipo de cambio y la competitividad. Pero Argentina tiene que construir 20 cadenas de valor y trabajar para que sean competitivas internacionalmente. También trabajar sobre el costo que hace que estemos fuera de mercado. Es lo primero que tenemos que hacer. Por otro lado, para tener importaciones o un régimen de comercio internacional ágil, flexible y dinámico, debemos promover las importaciones de insumo y tecnología y revisar las de productos terminados. Normalmente, si vienen del sudeste asiático u otros países, son susceptibles de tener un subsidio que hace que la mercadería salga con dumping.
¿Ese dumping es económico?
Es social y económico. Social, porque no cumplen con normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Económico porque, a través de tasas de interés negativas o energía negativa o algún tipo de subsidio directo a la producción y exportación de productos industrializados hace que lleguen a nuestro país a un precio menor del que se comercializa en el mercado local. Tenemos que atender esto, porque si no, la importación va a destruir a la industria nacional y los parques industriales van a pasar a ser cementerios industriales. Ya lo vivimos y tenemos que aprender de nuestros errores. Es un mecanismo fundamental que debe ser aplicado como sucede en todos los países. Si no, miremos lo que hace Estados Unidos, que a través de los derechos compensatorios o derechos de negociaciones aplica partes de este mecanismo para promover la industria nacional y el trabajo de los estadounidenses. Copiemos a Estados Unidos, ya que lo tenemos como referente y apliquemos medidas similares sin llegar al proteccionismo, porque eso tampoco es bueno. Insisto en trabajar sobre cadenas de valor para generar dólares genuinos que eviten la necesidad de tomar créditos o financiamiento internacional.

¿Qué efectos inmediatos pueden tener las recientes decisiones?
En estos primeros días, todo viene reaccionando bien, habrá que ver cómo sigue. Hay que entender que hasta que no generemos dólares no podemos rifar o timbear los prestados, porque hay que devolverlos. Por eso adherimos a que solamente se haya liberado el cepo para las personas físicas y esperemos lograr un camino de certeza y racionalidad con un valor del dólar que esté competitivo y real para que las empresas puedan, a través de una normal operatoria, disponer de dólares en el mercado del tipo de cambio libre.
¿Cómo pueden influir las medidas en los costos logísticos y la operación con puertos y aduanas?
Uno de los problemas que tenemos en Argentina son los costos logísticos. Aunque suene increíble, no toda la gente conoce la frecuencia de los viajes para exportar. Los viajes que vienen del Pacífico y del Atlántico, del sudeste asiático, hacen base en Santos y tienen los periodos o la regularidad de acuerdo a lo que define Santos, no la República Argentina. Esto obedece a que nuestro comercio exterior es infinitamente menor al de Brasil u otros países. Tenemos que empezar a crecer para poder adecuar y bajar costos operativos y logísticos de despacho y transporte de la mercadería y salir a conquistar mercados internacionales. Si un mismo producto que se exporta de Argentina sale más caro por un costo logístico y operativo de puerto que el que se exporta de Brasil u otros países, es evidente que nos saca de mercado. Argentina puede hacerse fuerte y grande, con economías regionales desarrolladas y trabajo argentino.
¿Qué medidas considera necesarias para que el acuerdo con el FMI genere crecimiento real?
El FMI, dentro del acuerdo, nos marcó dos ejes que venimos reclamando hace tiempo: una reforma impositiva y una adecuación laboral. La reforma impositiva tiene que darse a nivel nacional, provincial y municipal. Hoy tenemos una excesiva presión tributaria en los tres niveles y debe corregirse rápidamente, para terminar con ese 20% de componente impositivo en los precios de los productos que fabricamos. Estos impuestos surgen a partir de la ineficacia e ineficiencia del manejo de los recursos públicos.
¿Qué cambiará a partir del acuerdo?
Hay que ver cómo se hacen los ajustes y los cambios estructurales que deben permitirnos recuperar un entramado productivo competitivo, en el mercado internacional y nacional. No queremos competir en base al proteccionismo. Necesitamos que aquellos países que hacen malas prácticas comerciales y exportan productos con dumping no lo puedan hacer. Hasta el momento este modelo económico promueve las importaciones y no las exportaciones. Creo que aplicando una política de reconversión de la estructura impositiva en los tres niveles y a través de una adecuación de las normas laborales, empezaremos a trabajar en el desarrollo de este costo oculto que tienen la producción y la industria argentina. Eso nos permitirá competir internacionalmente. Lo único que falta es una decisión política de trabajar en conjunto en el desarrollo de una oferta exportable, competitiva, que conquiste mercados, donde el trabajo argentino y el desarrollo de nuestros habitantes sea parte del motor del crecimiento de las economías regionales.