La empresa Pampa Energía ha dado un paso importante en su proyecto para levantar una fábrica de fertilizantes en Bahía Blanca, con una inversión estimada en US$ 1.200 millones.
El Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca informó que se ha otorgado una reserva de tierras a la compañía por un período de seis meses, con opción de renovación por un periodo igual, lo que permitirá a Pampa iniciar estudios de factibilidad e ingeniería en las 70 hectáreas asignadas.
Esta reserva de tierras estaba previamente bloqueada por YPF para su proyecto de gas natural licuado (GNL) en colaboración con la empresa malaya Petronas. Sin embargo, con la liberación de estos terrenos, se abre el espacio para nuevas iniciativas productivas, como la planta de fertilizantes que la firma liderada por Marcelo Mindlin está considerando.
Impacto en la autosuficiencia agrícola
Uno de los mayores beneficios de este proyecto es su potencial para garantizar la autosuficiencia de Argentina en la producción de fertilizantes nitrogenados, un insumo crucial para la agricultura y muy demandado en los mercados internacionales.
La disponibilidad de gas natural, tanto de yacimientos convencionales como de shale gas, coloca a Argentina en una posición estratégica para transformar este recurso en fertilizantes nitrogenados, un producto que actualmente debe importarse en gran medida.
Actualmente Profertil, una empresa surgida de la asociación entre YPF y la canadiense Nutrien, lidera el mercado con una capacidad de producción de 1,4 millones de toneladas anuales, aunque esta cifra no cubre toda la demanda interna. La posible salida de Nutrien del país ha complicado el panorama para una eventual ampliación de la producción local.
En este contexto, el proyecto de Pampa Energía podría ser una solución a largo plazo para reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la competitividad del sector agrícola argentino.
Desafíos y oportunidades
El proyecto no solo plantea un desafío técnico en términos de viabilidad e ingeniería, sino también una gran oportunidad para diversificar la matriz productiva del puerto de Bahía Blanca, que sigue consolidándose como un centro clave para la industria energética y petroquímica del país.
Con el apoyo del gas natural como insumo base, esta iniciativa podría reconfigurar el mapa de la producción de fertilizantes en Argentina, impulsando tanto el mercado local como el de exportación.
La ejecución de esta planta de fertilizantes, de concretarse, no solo contribuirá a la seguridad alimentaria del país, sino que también reforzará su posición como proveedor clave de insumos agrícolas en el exterior, abriendo nuevas oportunidades de negocio en el mercado global de fertilizantes nitrogenados.