La transición energética es un desafío global y en Argentina, uno de los nombres que ha estado a la vanguardia de esta transformación es Pablo De Benedictis. Cofundador de GoodEnergy, ha dedicado los últimos 14 años al sector de la energía renovable en el país. Lo que comenzó como un proyecto en el garage de su abuela, junto a su socio Julián Bartoli, ha evolucionado en una empresa de 30 empleados, más de 150 distribuidores en todo el país y una cartera de clientes que incluye gigantes internacionales del sector.
El camino no fue fácil. Hace más de una década, la idea de energías limpias sonaba a algo distante y poco accesible. De Benedictis recordó en Ser Industria Radio que al principio, era un desafío explicar los beneficios de la energía solar. “Cuando íbamos a ferias, la gente pensaba que éramos ingenieros de la NASA. No entendían nada, había mucha desconfianza”, comenta, a la vez que resalta la importancia de la educación y la demostración práctica. “Llevábamos un panel con una lamparita, lo poníamos al sol y se prendía. Parecía un truco de magia, pero servía para mostrar que realmente generaba energía”, aseguró.
Hoy, GoodEnergy no solo ha ganado reconocimiento a nivel nacional, sino que recientemente dio un paso clave en su al firmar un acuerdo con SolPlanet, la sexta empresa más importante del mundo en el sector de la energía solar. Este acuerdo es un reflejo de la consolidación en un mercado que, aunque aún joven en Argentina, está experimentando una acelerada expansión.
¿Qué implica el acuerdo con Solplanet?
Solplanet es una empresa que se dedica a producir inversores y baterías de litio. Para que se entienda, el inversor lo que hace es transformar la energía que viene de los paneles en energía utilizable. Los paneles generan energía en corriente continua y a un voltaje distinto al que usamos. Nosotros utilizamos 220V en corriente alterna y el inversor se encarga de hacer esa conversión. Es la inteligencia de todo el sistema, porque también permite cargar la batería, que es de litio y de última tecnología, de la marca Solplanet. Además, tiene la capacidad de inyectar energía a la red y cuenta con una aplicación para el celular. Así, si instalás paneles solares, bajás la app y podés ver en tiempo real cuánta energía están generando, cuánta estás consumiendo de la red y cuánta está cargando la batería. Incluso podés monitorear el estado de salud de la batería, lo cual es clave. Si algo le pasa, lo detectás antes de que se corte la luz y la batería no funcione. Eso te permite planificar y anticiparte a problemas. Solplanet, para que se entienda, es la sexta empresa más grande del mundo en su rubro. Es una compañía joven, con pocos años en el mercado, que se desprendió de la empresa número uno y empezó su propio camino hace aproximadamente diez años. Desde entonces, ha crecido de manera constante y tiene una planificación para estar en el top 3 en los próximos años. Lo destacable es su innovación: tiene más de 200 patentes propias y un diseño mucho más avanzado y amigable. Es una empresa que busca mejorar continuamente, por lo que para nosotros es muy importante lanzar este producto en Argentina.

¿Cómo se generó el vínculo?
Conocimos la marca hace dos años en Alemania, en la feria de energía solar más grande del mundo. Desde entonces, trabajamos con ellos en un proceso de aprendizaje continuo. Nos tomamos casi dos años para conocer bien la marca, evaluar su servicio postventa y entender su funcionamiento real. No queríamos lanzarla sin un conocimiento previo, sino con la certeza de haber probado los equipos e instalado varios en este tiempo. Además, cada vez que una marca ingresa a un país, hay cuestiones técnicas que deben adaptarse. La electricidad no es la misma en todas partes: hay países con 110V y otros con 220V, como Argentina. También tenemos un problema serio de baja tensión que en otros países no ocurre. Todo eso implicó un proceso de ajuste y reprogramación de los equipos para que funcionen de manera óptima en el sistema eléctrico local. Este tiempo de trabajo previo nos permitió hacer un lanzamiento sólido a nivel nacional. Organizamos el evento en un lugar estratégico, cerca del Aeroparque, para que pudiera asistir gente de todo el país. Vinieron desde Mendoza, Córdoba, Salta, Río Negro y muchas otras provincias. Fue un orgullo ver que tantas personas. Incluso instaladores que ya trabajaban con otras marcas, quedaron impresionadas con la tecnología de Solplanet. El que instala necesita ver los equipos, analizar las fichas de conexionado y entender los aspectos técnicos que hacen la diferencia. Nosotros, con Julián, cuando arrancamos nos subíamos a los techos e instalábamos. Sabemos de primera mano lo que un instalador de energía solar necesita.
Saben bien con qué se enfrenta cada instalador…
Exacto. Estuvimos en la cancha y ahora nos toca estar en el banco de suplentes, coordinando todo. Pero sabemos de primera mano qué es lo que más nos facilita el trabajo, así que estamos atentos a esos detalles. El lanzamiento de esta marca estamos convencidos de que va a representar un salto importante para la empresa. Nos va a posicionar muy bien y estamos generando muchos apoyos, tanto en lo técnico como en lo logístico, para que quienes confíen en esta marca tengan soluciones concretas, de primera mano y con la rapidez que necesita la gente que utiliza energías renovables.
¿Los aumentos en las tarifas de energía impulsan la venta de equipos?
Sí. Cuando arrancamos con la empresa, era más barato pagar la energía eléctrica bimestral, porque así se facturaba, que tomar un café en la esquina. Eso siempre lo contamos como anécdota. Argentina gastó 10 mil millones de dólares en subsidios a la energía durante los últimos 14 años. Sabíamos que, en algún momento, eso se iba a normalizar y ajustar. Ahora, el aumento de la energía, que siempre fue cara, antes la pagábamos de otra manera y ahora la pagamos de forma directa, nos da la posibilidad de atacar el problema. Porque, si a vos no te duele, si no tenés que pagar la luz y después la cubrís con impuestos o de otra forma, no lo sentís. Entonces ponés diez aires acondicionados en 18 grados.

¿En hogares y empresas pasa lo mismo?
Las compañías son los grandes consumidores. Más de la mitad de la energía se destina al comercio y la industria y tienen que entender que, para ser competitivas, deben solucionar el tema energético. Un proyecto de energía solar que antes se repagaba en 12 años, hoy lo hace en cuatro o cinco, dependiendo del caso. Es un plazo muy corto que, de hecho, calza justo con los créditos específicos que otorgan los bancos para este tipo de productos. Por eso, las empresas se están volcando a esta tecnología. Nosotros hemos hecho instalaciones muy grandes, como una de 1800 paneles en una empresa muy importante, a la que además abastecimos con más de 128 baterías de litio de alto voltaje. Para que se den una idea: almacenar 300 kilowatts en baterías equivale al consumo diario de aproximadamente 30 casas. Es un sistema de una magnitud enorme. De hecho, es la obra más grande de almacenamiento con baterías de litio en Argentina, en Sudamérica y una de las más grandes a nivel mundial. Eso nos llena de orgullo. Haberla hecho con la marca Solplanet, que nos ha acompañado en este proceso, también generó la atención de su sede central. Nos han invitado a recorrer sus fábricas, que ya habíamos visitado en su momento, pero desde otro lugar. Porque ahora vamos como después de haber salido campeones, con un resultado importante en la mano. Antes era: “Voy a trabajar con tu marca”, ahora nos invitan ellos. Está muy bueno porque les interesa que esta instalación sea un ejemplo a nivel mundial. Y lo hicimos nosotros, en Argentina. La verdad, estamos muy orgullosos de eso.
¿La fábrica está en China?
Sí y nuestra idea es viajar, seguir aprendiendo y explorando nuevas soluciones y desarrollos. Nuestro objetivo es acercar a las empresas y hogares de Argentina la mejor tecnología disponible en este rubro, que acá todavía parece algo nuevo, pero que en otros países ya está mucho más desarrollado. Por eso, tenemos que aprender de esos mercados que vienen aplicando esta solución desde hace tiempo.
La provincia de Buenos Aires aprobó la ley de Energía Distribuida. Había problemas con la instalación de los medidores. ¿Se resolvió?
Sí, se fue acomodando. La ley está reglamentada, por lo que todas las distribuidoras están obligadas a implementarla. Sin embargo, algunas lo hacen con más facilidad: presentás el trámite, entregás los papeles y te colocan el medidor. Otras ponen más trabas, postergan las visitas o agregan requisitos, por lo que hay que estar constantemente insistiendo. En algunos lugares el trámite tarda tres o cuatro meses, mientras que en otros menos de un mes. La clave está en la insistencia. Hoy la ley está vigente y ha incentivado el uso de esta tecnología. En términos simples, la energía distribuida funciona así: cuando un panel solar genera más energía de la que se consume en una casa o empresa, el excedente puede inyectarse en la red y venderse a la distribuidora, como Edelap. Para eso, es necesario un medidor bidireccional que registre tanto la energía que se recibe como la que se entrega. Que se haya reglamentado es un gran avance. Sabemos que las nuevas regulaciones siempre llevan un tiempo de adaptación, pero ya hay empresas que tienen instalado el medidor en toda la provincia de Buenos Aires. Estamos muy contentos de poder acompañar este proceso, porque también es clave conocer el procedimiento administrativo para asesorar a quienes quieren implementarlo y agilizar los trámites.

¿Puede haber un desfasaje entre lo que se paga y lo que se recibe por la energía inyectada a la red? Una cooperativa en Córdoba cobra $300 el kilowatt-hora, pero le para $68 a quien inyecta…
En las cooperativas puede haber más diferencia. La energía proviene de generadoras, agrupadas por CAMESA, que pueden ser parques solares, centrales hidráulicas o térmicas. En Argentina, la mayor parte es térmica, es decir, se genera quemando petróleo. Esa energía se transporta y llega a las distribuidoras, que la compran a nivel mayorista y la venden a nivel minorista. Ahí es donde se produce el desfasaje. Por ejemplo, en La Plata, estamos pagando alrededor de $130 por kilowatt-hora, mientras que el precio mayorista que pagan las distribuidoras se define mes a mes, según un promedio del costo de generación, importación y demás factores. Actualmente ronda los US$70 por megawatt-hora. Lo que hacen las distribuidoras es comprarte la energía que inyectás al mismo precio que la pagan en el mercado mayorista y eso está estipulado por ley. En la mayoría de los casos, la diferencia no es tan extrema como en Córdoba, donde dicen que la cobran a 300 y la pagan a 68. Por lo general, si pagás $120 o 130, te la compran a $60, lo cual sigue siendo una diferencia importante, pero no tanto. En algunas cooperativas puede haber más margen.
¿Vender la energía es el principal beneficio?
El beneficio no está en vender la energía excedente, sino en el ahorro propio. Si dejás de pagar $127 por kilowatt-hora porque lo generás con tus paneles, ahí está el verdadero retorno de la inversión. Aun así, hay momentos en que las empresas no trabajan, por ejemplo, los domingos y la energía generada puede inyectarse a la red y generar un ingreso, aunque sea menor. Siempre recomendamos no instalar un sistema que cubra el 100 % del consumo desde el inicio. Lo ideal es arrancar con un 30 % a 50 %, porque si te pasás del 100 %, el excedente que inyectes a la red te lo van a pagar mucho menos de lo que te cuesta comprarlo. Hacemos análisis detallados con software de proyección mundialmente probados, que nos permiten calcular con precisión cuánta energía van a generar los paneles durante sus 25 o 30 años de vida útil. En base a esos cálculos, proyectamos el ahorro para cada cliente. Analizamos el consumo específico: si la empresa opera de lunes a viernes, cuánto consume, cuánto puede ahorrar y cuánto puede vender los fines de semana. Esto permite tomar decisiones más acertadas. Con créditos bancarios que tienen tasas en pesos del 28 % al 35 % anual, muchas empresas están invirtiendo en energía solar porque pueden repagar la inversión en cinco años o menos. Además, las tasas tienden a la baja, lo que hace aún más atractiva la inversión. El mercado está creciendo y es una gran oportunidad para hacerlo con equipos de primera tecnología. Entregamos una aplicación para monitorear en tiempo real el rendimiento del sistema, así cada usuario puede verificar que los cálculos y proyecciones que hicimos se cumplan en la realidad. Además, el impacto se ve reflejado directamente en la factura de luz.
Hace un tiempo la transición energética venía con un gran impulso a nivel global. ¿Últimamente se fue frenando?
No, al contrario. De hecho, hay proyecciones que indican que para 2050 la solar será la fuente de energía más utilizada a nivel mundial. Es cierto que hubo un crecimiento acelerado durante el conflicto entre Rusia y Ucrania. Rusia es un proveedor clave de energía para Europa y cuando restringió el suministro, los países europeos tuvieron que buscar alternativas rápidas, lo que impulsó fuertemente el desarrollo del sector solar. Luego, esa demanda extraordinaria se estabilizó un poco, pero la tendencia de crecimiento sigue firme. Si mirás el panorama global, la transición energética continúa avanzando. En cada cumbre del G20 y en los principales foros internacionales, uno de los temas centrales es la reducción de emisiones de dióxido de carbono. La generación de energía a partir de fuentes fósiles es uno de los mayores emisores de CO₂, por lo que los países siguen apostando a la descarbonización. Además, los costos de la energía solar están bajando. Se está produciendo a mayor escala, hay más investigación y desarrollo y los paneles son cada vez más eficientes. Paralelamente, el costo de la energía convencional sigue aumentando. Esto hace que la tecnología solar sea cada vez más atractiva y que los tiempos de repago sean más cortos, lo que incentiva aún más su adopción.
¿Las empresas de un parque industrial pueden asociarse para coinstalar energía solar?
Sí, tal cual. Hemos instalado sistemas en muchos parques industriales. Hay parques que suministran energía de forma colectiva y otros en los que cada empresa tiene su propio medidor y utiliza la energía de forma independiente. Nosotros siempre promovemos la idea de asociarse y hemos dado charlas sobre el tema. Si algún parque industrial está interesado, estamos completamente abiertos a conversar, presentar un proyecto específico y darle a cada empresa un cálculo detallado sobre la cantidad de energía que podrán generar anualmente y cuál sería la inversión necesaria. Después, lo que hacen es evaluar entre ellos si conviene hacer el esfuerzo colectivo, buscar financiación o tomar otra decisión. Para las empresas industriales que tienen un consumo alto de energía, resulta fundamental, En muchos casos, una empresa que instala paneles solares se vuelve más competitiva que aquella que no lo hace, porque el costo de la energía suele ser uno de los mayores gastos en una industria, algo que antes no ocurría.
¿El costo de la energía para la industria es más caro que para el hogar?
En otros países, no. En muchos casos, el costo de la energía para la industria es más barato. Pero, en Argentina, la energía para la industria es más cara que para el hogar.
¿Se tienen en cuenta las normativas internacionales que exigen a las cadenas de valor de productos exportables el uso de energías limpias?
Sí, tenemos una certificación de empresa B y es la más reconocida a nivel internacional por certificar a aquellas que practican buenas acciones, no solo en lo que respecta al medio ambiente, sino también en aspectos sociales y demás. Ya hay muchas empresas en Europa que, para comprarte, te exigen que seas sustentable. Te piden que tengas el sello de empresa B, que realices un plan de sustentabilidad o que utilices energía renovable. Muchas veces les exigen a sus proveedores tener paneles solares, ya que, si no los tienen, no te compran. En Europa se obliga a las empresas a adquirir productos de países que sean amigables con el medio ambiente, lo cual está bien, ya que genera un círculo virtuoso: tener que ser responsable con el medio ambiente se traduce en mayores ingresos. Estos incentivos son positivos. Somos una empresa B, y por lo tanto, las empresas que nos compren obtienen puntos para certificarse, ya que nosotros ya estamos certificados.
La intensidad energética…
Hay diferentes términos, pero sí, “intensidad energética” es uno de los que se utiliza para referirse a cuánta de tu energía proviene de fuentes fósiles o renovables. Hay varios términos, y uno de ellos es ese. Lo importante es empezar a accionar y entender que hoy no es un costo, es una inversión que no solo te permite ahorrar dinero, sino ser más sustentable. También permite ganar dinero, porque hay empresas que compran a otras que sean sustentables. Así que, hoy se gana por todos lados.
¿Además permite acceder a financiamiento internacional?
Sí, en Argentina hay financiamiento internacional para empresas que pueden tener energía solar. Obviamente, piden más requisitos y por ahí, no todas las empresas tienen toda la estructura y los papeles necesarios para acceder, pero existe esa posibilidad. Además, hay otras opciones, como financiamiento interno. Algunas empresas están sacando obligaciones negociables en dólares y muchos bancos están flexibilizando este proceso. Hoy, hablar de obligaciones negociables parece algo reservado para empresas multinacionales, pero de hecho, nosotros, que somos una PyME de La Plata, estamos analizando la posibilidad de sacar obligaciones negociables el próximo año. La obligación es un bono que se emite, lo compran y se comercializa en el mercado. Es en dólares, porque hoy la tasa en dólares es más barata que la tasa en pesos, debido a la estabilidad que hemos tenido últimamente. Por lo tanto, hoy es atractivo financiarse en dólares con una tasa del 10% en lugar del 33% en pesos. Así que, actualmente, se busca más financiamiento en dólares.