En Villalonga, una localidad del sudeste bonaerense, Ryan Walter cierra el 2024 con un balance que combina esfuerzo, aprendizaje y grandes logros. Como fundador de Polielectric, una startup que recicla silo bolsas para convertirlas en aisladores eléctricos, lidera un proyecto que encarna la esencia de la economía de triple impacto: valor económico, beneficio ambiental e impacto social.
Lo que comenzó como una idea en un rincón de la provincia de Buenos Aires se transformó este año en una empresa con alcance nacional, gracias al esfuerzo de un equipo comprometido y al apoyo incondicional de familiares y amigos. “Este fue el año del despegue y no podría haberlo logrado sin ellos”, confiesa Walter a serindustria.com.ar.
“De entrada, te diría que este 2024 fue súper positivo“, reflexiona Walter. Sin embargo, los inicios no fueron fáciles. Al llegar marzo, después de probar múltiples estrategias de venta sin resultados, Polielectric parecía estancado. Todo cambió con la llegada de Ignacio Pouce, un inversor que se convirtió en socio comercial. Su incorporación marcó el inicio de un crecimiento sostenido del 50% mensual.
Con la demanda disparada, el equipo enfrentó nuevos retos: aumentar la producción, desarrollar más productos y buscar soluciones para atender un mercado que, en solo tres meses, había alcanzado el tope de capacidad. “Nos pusimos a trabajar en nuevos moldes y matrices, y ya estamos por lanzar un producto. A partir de ahí, queremos incorporar uno nuevo cada dos meses”, señala.
Crecimiento nacional y potencial internacional
Polielectric pasó de operar localmente en Bahía Blanca y Carmen de Patagones a distribuir en todo el país. Aunque surgieron propuestas desde Uruguay y Paraguay, decidieron priorizar el mercado interno antes de dar el salto a la exportación. “Con la producción actual no tenía sentido expandirse afuera. Ese es un desafío que queda pendiente para el 2025”, explica.
Este año, la capacidad productiva aumentó un 50%, con un crecimiento proyectado para pasar de 5.000 a 100.000 unidades mensuales. Sin embargo, Walter reconoce que las limitaciones actuales, como la falta de maquinaria, generan retrasos que afectan la experiencia del cliente. “Nuestro desafío es escalar rápido, posiblemente con créditos, para poder cumplir con los tiempos que el productor necesita”, dice.
El foco de Polielectric sigue siendo el sector agropecuario, particularmente los cercos eléctricos. La estrategia de ventas se apoya en redes sociales, un canal que ha demostrado ser eficiente para llegar a un público más joven, cada vez más involucrado en la actividad agroganadera. “Los jóvenes valoran que nuestros productos sean reciclados. Eso influye mucho en su decisión de compra”, destaca Walter.
El compromiso con la sostenibilidad es un pilar fundamental de la empresa. Aunque han enfrentado críticas en redes sociales por la recolección de silo bolsas, Walter asegura que buscan colaborar con recolectores independientes siempre que los precios sean competitivos.
Proyecciones para el 2025
Con una visión clara hacia el futuro, Walter y su equipo planean ampliar su línea de productos, diversificarse dentro del sector agropecuario y explorar mercados internacionales. Si todo va bien, el año próximo, los aisladores de Polielectric podrían cruzar las fronteras y llegar a países vecinos e incluso a lugares como Australia o México. Para eso, se encuentran en pleno proceso de estudio.
Además, sigue firme la idea de abrir en el futuro centros de producción en otras regiones del país para reducir costos y optimizar la logística. “Esperamos el momento justo para empezar con la expansión”, señala.
A pesar de los desafíos, Walter considera que Polielectric está bien encaminado y el crecimiento de la empresa, avecina la incorporación de nuevos talentos.. “Hoy está funcionando, tiene márgenes de ganancia y, si no pasa nada grave, de acá en adelante solo nos queda crecer”, asegura.
Con un enfoque en la innovación, la sostenibilidad y el impacto social, Polielectric no solo avanza hacia la consolidación, sino que se posiciona como un modelo de cómo las empresas pueden transformar problemas en oportunidades y crear soluciones que beneficien a todos.