Las políticas industriales han vuelto a ocupar un lugar central en las agendas de las economías más avanzadas. No solo buscan mejorar la competitividad de los sectores estratégicos, sino también responder a desafíos globales como la sostenibilidad, la innovación tecnológica y la creación de empleo de calidad.
En la Unión Europea, Estados Unidos y Asia, los gobiernos están adoptando medidas para fortalecer sus industrias a través de incentivos, financiamiento en investigación y desarrollo y normativas que fomentan el uso de tecnologías limpias.
Frente a esto, la economista Ana Basco advirtió en Ser Industria Radio que “los principales países aplican políticas industriales, pero Argentina no sigue ese camino“. Esta ausencia de medidas que apoyen la actividad fabril pone en riesgo la competitividad. Pero también amenaza la estabilidad del vínculo con Brasil, su principal socio comercial.
“Es necesario un plan que permita agregar valor a las exportaciones y aprovechar el potencial productivo compartido con Brasil”, subrayó la especialista.
Basco participó en un reciente Summit organizado por la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, dónde analizaron el vínculo entre Argentina y el país carioca. Se enfocaron en el sector tecnológico y el comercio bilateral.
Según la ex directiva del BID, “pareciera que entramos en un camino de una mayor regularización en la relación comercial“. Este contexto es crucial. Aunque las exportaciones argentinas a Brasil crecieron un 7% interanual hasta septiembre de 2024, las importaciones desde el país carioca cayeron un 29%. Principalmente esto se debido a la crisis económica que afecta a nuestro país. “Cuando hay crisis en Argentina, cae claramente la demanda de importaciones“, explicó.
Sin embargo, agregó que “la reducción del déficit, la caída de la inflación y algunas medidas que está tomando el gobierno indican que podría haber una mejora en términos del crecimiento del comercio“.
Consultada sobre los perjuicios que pueden generar al intercambio comercial las diferencias políticas entre los gobiernos de ambos países, la economista refirió que la historia muestra que en momentos de coincidencias ideológicas, como durante los gobiernos de Cristina Fernández y Dilma Rousseff, “el comercio no ha cambiado drásticamente a nivel macro”.
Basco destacó que, si bien pueden surgir tensiones políticas, como las preocupaciones de Brasil respecto al documento sobre género que Argentina no firmó, “a nivel macroeconómico, estas diferencias no deberían afectar la relación comercial“.
Alto potencial de integración
La economista consideró que el comercio con Brasil es clave para que Argentina aproveche su potencial en sectores específicos. “El agro es un sector donde hay muchísimas posibilidades de avanzar”, afirmó, subrayando la importancia de la inserción en cadenas globales de valor. Este sector, aunque lleno de oportunidades, enfrenta desafíos, incluyendo los efectos del cambio climático y la necesidad de adoptar prácticas sostenibles. En este sentido, mencionó que “aproximadamente el 40% de las exportaciones a la Unión Europea podrían verse afectadas” por normativas como el Pacto Verde Europeo.
El sector automotriz también muestra un alto grado de complementariedad. Especialmente en el mercado de vehículos eléctricos e híbridos, donde Brasil experimentó un crecimiento del 300% en patentamientos en 2023. La especialista resaltó que “este cambio obliga a la industria automotriz argentina a reflexionar sobre su futuro y su alineación con el mercado brasileño”.
Sobre otro sector relevante, como el de minerales estratégicos, la economista señaló que Argentina tiene “importantes posibilidades de generar litio y exportarlo dentro de América Latina y también hacia otros países del mundo”. En este contexto, el desarrollo de baterías en Brasil puede generar oportunidades para que Argentina no solo exporte litio, sino que también impulse su procesamiento y agregue valor.
La experta expresó además que Argentina tiene ventajas en energías renovables, especialmente en la eólica y solar. También con Vaca Murta, como proveedora de gas para la transición energética. A su vez, resaltó la necesidad de “profundizar la colaboración con Brasil“, que es más fuerte en biocombustibles e hidroeléctrica, para aprovechar la complementariedad productiva.
También mencionó que “el sector de biotecnología es un área en la que ambos países pueden trabajar juntos”. Sugirió que deben integrar la tecnología en sectores como el agro, la minería y la manufactura.
Según la ex directora del INTAL, “los países desarrollados están aplicando políticas industriales para promover sectores estratégicos, algo que Argentina no está haciendo en la misma medida”. Esta falta de políticas dificulta la competitividad de nuestro país frente a sus pares internacionales. “Es fundamental identificar sectores estratégicos y desarrollar políticas que fomenten la inversión y el crecimiento productivo“, sostuvo.
La integración regional sigue siendo un tema central. Basco destacó que “el MERCOSUR es clave“, aunque reconoce que “necesita cierta flexibilidad“, especialmente en el tema del arancel externo común. La posibilidad de una alianza comercial entre el MERCOSUR y la Unión Europea muestra cómo ambos países pueden trabajar juntos para abrir nuevos mercados y fortalecer su posición en el comercio internacional.