Desde las entidades vinculadas a la actividad láctea, particularmente a los productores lecheros, se hicieron públicas reiteradas expresiones de alarma ante las últimas decisiones adoptadas por el gobierno nacional. Especialmente las relacionadas a la aplicación de los dólares “soja” y “maíz”.
Resaltaron el aumento del costo de los alimentos que consumen las vacas y sus crías por el incremento del valor del maíz y los núcleos que se importan para formar parte de los balanceados.
Para abordar esta problemática, Ser Industria Radio dialogó con Marisa Boschetti, productora, secretaria de Finanzas de la Federación Agraria Argentina y Directora Nacional del Distrito V. Desde Alicia, provincia de Córdoba, hizo un análisis de la situación que atraviesa la actividad expresando la preocupación por el incremento de costos, la sequía que sigue afectando y sus consecuencias.
¿Cómo se encuentran los productores lecheros?
Estamos en un momento difícil, de acuerdo a cada zona, seguimos sufriendo los efectos de la sequía. La mayoría de los productores llevamos tres años con una falta de agua importante que se reflejó en forma mucho más severa este último año y continúa. No es que ya hemos pasado este período “Niña”, porque la sequía continúa. Al “Niño” lo tenemos pronosticado desde hace varios meses, pero no llega, así que todavía estamos con esta necesidad de lluvias para cultivar para el tambo el alimento que permite sostener los rodeos en producción. También para la agricultura, para ver si pueden enfrentar una próxima campaña con mejor perspectiva.
¿De qué manera reemplazan los alimentos para los animales?
Esto impacta muy fuerte, porque al no poder producir el alimento en nuestro campo el costo es mucho más alto ya que tenemos que comprarlo. Hoy, te diría que casi el 100% de los productores tienen la necesidad de adquirir alimento, sea maíz, pellets de soja, balanceado, rollos de alfalfa de terceros o a proveedores. Eso tiene un costo muy alto que está repercutiendo muy fuerte dentro de la economía de la producción tambera.
El gobierno implementó el “dólar agro”. ¿Cómo influye en la actividad?
Recibimos esta medida como a todas las que se anunciaron últimamente, bastante mal. Hemos tenido el dólar soja, ahora el dólar maíz y así continuamos. Esto golpea muy fuertemente al sector tambero. La soja y el maíz son dos productos de primera necesidad en el sistema tambero, el alimento base para toda buena producción láctea. Así que, los costos de estos insumos se han ido muy alto, han cambiado de un día para el otro el precio que ha desestabilizado nuevamente toda la parte económica. El productor se va acomodando o amoldando a ver de qué manera puede conseguir los insumos y cuando llegan aumentos tan fuertes e imprevistos, no hay recaudos y los animales tienen que seguir comiendo, hay que seguir comprando. Eso empieza a generar una deuda con algunos proveedores que muchas veces se hace una mochila de plomo muy pesada.
Inevitablemente, también impacta en el consumo de leche y todos los derivados…
Por supuesto. Entendemos que el país está en una crisis económica muy fuerte, difícil de sobrellevar y hay medidas que deben tomar. Lo que pasa que en estos casos se está golpeando muy fuerte a un sector productivo que es uno de los que más provoca arraigo y movimientos en los pueblos chiquitos del interior. Estas medidas han hecho crujir todo el sistema, porque al productor le aumentaron, no solamente los alimentos, sino que todos los componentes que usa el sector tambero, que vienen de la parte externa. Por lógica han aumentado. Uno puede hablar con cualquier industria pequeña de los pueblos o una grande, de todos los insumos que tienen para procesar, producir y darle valor agregado. La leche que nosotros producimos tiene componentes externos y todo eso ha aumentado. Desgraciadamente a ese aumento lo termina pagando el último eslabón de la cadena que es el productor, al no recibir los aumentos que necesita en su producción para seguir adelante, cubrir sus costos de producción. Lógicamente, también el consumidor, que es la otra punta de la cadena láctea, que ve reflejado el aumento. Muchas veces se hace imposible adquirir estos productos que son básicos y de primera necesidad.
¿Cuál es el balance de la actividad láctea en los últimos años?
Desde hace muchos años, la producción láctea viene estancada. Veníamos produciendo muy parejito, no había crecimiento y en estos últimos años, donde la sequía se empezó a sentir, hemos empezado a ver una baja. Si bien no son bajas con números que impactan tan fuerte, en el acumulado se van sintiendo y empiezan a tener impacto. Vemos que la baja no solamente se da en el sector productivo, estamos viendo y escuchando de que, desgraciadamente, a la industria le está costando vender la producción. El mercado ya no está tan benévolo como en otros momentos y eso hace de que el precio de la leche que cobran por litro los productores lecheros se estén estancando o queden en un lugar que, al ser tan bajo, ya no es rentable poder seguir adelante.
¿Esto deriva en cierres de establecimientos de productores lecheros?
Sí, deriva en cierres de pequeños productores lecheros. Lo que vemos es que los que primeros van a van a sufrir o están sufriendo. Están cerrando los tambos los pequeños. Productores de hasta 3000, 4000 litros, están reviendo y reorganizando su negocio, vendiendo todo, reinventándose y arrancando con una nueva producción. Lo hacen porque no tienen más posibilidades, no tienen más herramientas, por más que la lucharon todo este tiempo. Hay otros que van achicando, vendiendo las vaquillonas, terneras, que uno guarda y con mucho esfuerzo, para hacer la reposición o agrandar el tambo, cuando hay una perspectiva a futuro. Hoy nos estamos deshaciendo de esos vientres que son fundamentales para seguir con la producción. Si no llegan medidas importantes y fuertes para todo el sector productivo lácteo, incluyendo la escala de producción, ni hay un acompañamiento desde el estado tanto nacional como provincial, van a cerrar muchos tambos. Eso conlleva a una baja y un parate dentro de los pueblos en los que están radicados.
Hace muchos años que se discute el tema de las retenciones que afectan a la competitividad y de alguna manera favorecen a países vecinos como Uruguay. ¿Se toma en cuenta esta referencia?
Sí, estamos muy lejos. Cuando uno mira a otros países donde la lechería tiene otro futuro, posibilidades, previsibilidad, nos plantamos por qué a Argentina le cuesta tanto. En nuestro país hay una retención que afecta muy fuerte al precio del productor. Porque la lechería tiene retenciones y todos los derivados también, algunos más otros menos. Pero esos puntos de retención hacen que muchas veces no llegue un precio que logre cubrir los costos al productor. La idea es también que se pueda trabajar en quitar esos derechos de exportación a la lechería para empezar a ser viables y darle nuevas perspectivas al sector.
Llegan las elecciones PASO, luego vendrán las generales. ¿Hay alguna expectativa de encontrar un diálogo que comprenda esta situación y produzca un cambio con los productores lecheros?
La situación es difícil. Los candidatos siempre hablan muy lindo, están muy buenos los discursos. El problema es que después no llevan adelante lo que dicen. Si hay algo que tengo que reconocer es que con este gobierno hemos podido dialogar, siempre nos han recibido. Lamentablemente no se han conseguido cosas importantes, que cambiaran, fueran fuertes e impactaran positivamente en las políticas que hoy tiene el sector tambero y lácteo. Solo espero que el ganador mire con buenos ojos como estamos los tamberos. Somos un sector que da muchas posibilidades de trabajo y arraigo en los pueblos chicos del interior, pero no lo miran de esa manera. Entiendo que es una cuestión de ingreso de divisas, quizá miran con más énfasis a la agricultura. Está bien, porque deben existir todas las producciones. Al sector tambero, hace muchísimos años, pasaron muchos gobiernos y no logramos que lo vean. Queremos sentarnos a diseñar herramientas de políticas públicas específicas para el sector. Ojalá que los candidatos que queden después de las PASO se interesen. Todas las entidades del campo tenemos propuestas para hacer respecto a la lechería y estaría bueno que las escuchen. De no ser así, estaríamos dejando a un sector muy productivo sin herramientas ni posibilidades en el futuro.