Piden a Dilma que no impulse un proyecto que será competencia.
El sector privado ligado a la actividad portuaria de Brasil hizo conocer su descontento con la idea del gobierno de Dilma Rousseff de apoyar a Uruguay en la construcción del puerto de aguas profundas previsto en la costa de Rocha.
La oposición a la megaobra en el este uruguayo está basada en el entendido de que se trata de un emprendimiento que competirá con algunas terminales oceánicas brasileñas, por lo que el sector portuario cuestionó al financiamiento por parte del Banco Nacional de Desarrollo (Bndes) de Brasil.
Uno de los argumentos esgrimidos, según informaron medios internacionales como la revista Breakbulk, es que el Bndes es un banco brasileño y que debería apoyar solamente emprendimientos en esa nación. Sin embargo, la página web del banco destaca la expansión de la entidad y explica el cambio en virtud del mundo globalizado de hoy. En ese sentido, Breakbulk informa del financiamiento del puerto de Mariel en Cuba, aunque justifica la acción en que la empresa constructora es de capitales brasileños.
“La Asociación de Operadores de Terminales de Puerto brasileño (ABTP) y la Asociación Brasileña de Terminales de Contenedores (Abratec) que operan en el interior de los puertos públicos, han escrito una carta conjunta dirigida a Rousseff, al ministro en jefe de la Casa Civil, Aloizio Mercadante de Oliva, y al ministro especial de Puertos, Antonio Silveira, preguntando por qué el dinero se está invirtiendo en un país vecino a través del Bndes”, informó Breakbulk. Lo que pretenden ambas instituciones es claro y simple: obligar al gobierno brasileño a rescindir el apoyo financiero al nuevo puerto uruguayo.
En tanto, la publicación Valor Económico de Brasil aseguró que si el Bndes sigue adelante con su idea, no estaría haciendo otra cosa que “financiando, con recursos brasileños, la instalación de un gran puerto en Uruguay, que va a establecer una competencia perjudicial a los puertos de la región sur (de Brasil), en especial al puerto de Río Grande, Paranaguá y varias terminales de Santa Catarina”.
En una región en que la competencia y los movimientos de los gobiernos son cuestionados de un lado u otro, el presidente de la ABTP, Wilen Manteli, aclaró que no se trata de estar en contra de que “los uruguayos tengan su puerto”, pero “sí de que la construcción fuera apoyada por el Bndes”.
El momento del reclamo del sector privado no es casual, pues se produce en momentos en que el gobierno de Rousseff se apresta a lanzar las primeras licitaciones portuarias dentro de los cambios introducidos por la nueva ley del sector, sancionada el año pasado, con grandes inversiones previstas.
A la polémica se sumó la Asociación Brasileña de Armadores de Cabotaje (ABAC), cuyo presidente, Cleber Lucas, dijo que le gustaría que “los puertos hubs del Cono Sur fueran brasileños”, de acuerdo con declaraciones citadas por Valor Económico.
“No tiene sentido financiar o estimular la actividad en país que no se alinea a la directriz del gobierno brasileño en materia de transporte marítimo”, agregó Lucas, recordando que Uruguay tiene la posición de abrir su transporte marítimo a las banderas extranjeras, mientras que Brasil se acoge a la ley que protege el cabotaje y la navegación en la costa brasileña.
Según los medios brasileños, las conversaciones del apoyo al puerto de aguas profundas proyectado para la zona de El Palenque, todavía no han llegado al Bndes, sino que todavía están a nivel de las presidencias de Uruguay y Brasil, con conversaciones directas entre Rousseff y el presidente uruguayo, José Mujica.