En la actualidad nuestro sistema económico en su integralidad se encuentra funcionando, hecho que se logró luego de una paralización de los años 2018 y 2019. Lo único que sigue igual es en la alta inflación.
Cuando digo que el sistema está funcionando, es el hecho que la desocupación bajó de 12% a 7% y la pobreza se mantuvo en el 39% a pesar de los problemas propios de estos años (desocupación medida por INDEC, mientras que la pobreza en la medición de la UCA porque es la única que se mantiene desde 2015 a hoy).
Debemos entender que el problema de nuestra economía es el alto nivel de déficit que posee y no la moneda que poseemos. Hoy ese nivel de déficit es consecuencia directa de la Convertibilidad que se mantiene en el sector de energía y en transporte público en el AMBA que se encuentran bajo efectos de leyes de 1992 y prácticas vetustas. Con eso queremos decir que nunca corregimos esa parte de la Ley 23948 que afectan directamente al bolsillo de toda la población en el país.
Cuando realizamos las correcciones y actualizamos esas leyes conseguimos a partir de una baja de los costos de producción a pesos, ese mismo año una baja de inflación de 35% final en base a baja de servicios públicos que golpean a todos los argentinos en todo el país que luego de bajar los precios de las boletas de gas primero, posteriormente la luz y los combustibles que llevarán a la eliminación de los subsidios económicos a las empresas energéticas logrando una caída del déficit de 1.9% a 0.5%, haciendo las empresas del sector energía más rentables y subiendo su valor de venta niveles mayores que los actuales si empresarios extranjeros quisieran comprarlas.
En el transporte público de pasajeros de AMBA también debe realizarse un nuevo cálculo real de la estructura de costos y otorgará que son rentables sin subsidios en el 7-8% anual después de impuestos. Por ende, los subsidios del AMBA se podrán derivar al transporte público del interior que posee más distancias y menos pasajeros que transportar que realmente los tornan más onerosos.
También constituye una gran solución para nuestra economía actual y sus problemas la reducción del efecto invernadero (hablamos de emisión de gases, efluentes y demás). Esto permite obtener recursos por ella misma como también implementar un sistema de multas a quienes no cumplan las leyes derivadas de las recomendaciones emanadas por las distintas COP, siendo la próxima este fin de año, desde 1994 a la fecha, que poseen rango constitucional y de la cual nuestro país no puede no atender.
Sabiendo todo lo anteriormente expresado, el bimonetarismo no sería una solución sino la profundización de los problemas actuales ya que, como expresamos anteriormente, el nivel de subsidios se encuentra dado por ello (a los que dicen que entre 2018 y 2019 el nivel de déficit era de 0% no dicen que los subsidios se trasladaron a CABA y PBA con emisión no asumida y traslado de esa emisión a las jurisdicciones) y hasta necesario recurrir nuevamente a organismos internacionales que ya expresaron que no van a realizar ningún préstamo más a nuestro país; como tampoco una “supuesta” dolarización no solucionaría el problema porque al no resolver el origen del problema ellos se mantendrían en dólares incluso llevando a niveles de pobreza similares a los que posee Ecuador del 60% (solo la tuvo con la Convertibilidad), desocupación de 14% y necesidad de endeudarse plenamente cada 2 años.
Aunque, para hacer lo último, sería mínimamente necesario 130 diputados y 37 senadores y si pretende llegar a una libre circulación de monedas necesitaría 180 diputados y 50 senadores para acceder a una reforma constitucional.