Ser Industria Radio dialogó con el ingeniero Martín Rousseaux, gerente General de la empresa socia de la ABIN, especialista en Máquinas Navales y Gestión Energética. El empresario, cuenta con reconocida experiencia internacional y ha participado como disertante en Congresos en varios países. Explicó las tareas que desarrolla la PyME en materia de la descarbonización del sector marítimo, consumo de combustible y reducción de GEI; planificación; digitalización y cumplimiento con las regulaciones de contaminación marina.

Con más de 20 años de experiencia en diversas industrias relacionadas con la producción de energía, oil & gas y sistemas de recuperación, Rousseaux SRL lleva su desarrollo tecnológico más allá de las fronteras argentinas.

¿Cómo define la tarea que desarrolla la PyMe que dirige?

Es una actividad bastante nueva que se aplica a nivel mundial. Nuestra empresa nació en Argentina y ya vende servicios en el exterior. Nos dedicamos a la implementación de regulaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI), relativas a la reducción de la intensidad de carbono. Básicamente la huella de carbono en el transporte marítimo, medidas técnicas, operacionales, sistemas de auditoría y digitalización de la información.

¿Cuántas personas trabajan?

Tenemos un equipo de 9 profesionales. Cada uno especializado en un área distinta, como desarrollo de software, fabricación de equipos para sistemas IOT tendientes a lo que se llama Big Data y toda la parte de auditoría y la implementación de estudio de las regulaciones que están y las que van a venir.

¿Estos servicios que los ofrecen otras empresas en Sudamérica?

Sabemos que hay empresas muy grandes como Norske Veritas, el Bureau Veritas, América Bureau Shipping… Pero no hay PyMEs como la nuestra, que es un mix y un nexo de distintas herramientas para lograr la descarbonización.

¿Cuál es la importancia tiene la descarbonización?

Cuando hablamos de descarbonización, nos referimos a la reducción de gases que producen efecto invernadero y esto tiene implica la reducción de consumo. Pero, concretamente, produce un triple impacto: social, ambiental y económico, porque si para llevar una carga, gasto menos, la operación va a rendir mucho más económicamente.

¿Cómo recibe estos avances el sector naval?

La pregunta es buena, porque todo esto lleva a un cambio cultural. Salen regulaciones que tienen que ser aplicadas y comprendidas, tanto por el personal en tierra como por las tripulaciones. Tienen que entender el ‘”por qué” y que no es más carga laboral para ellos. Parte de nuestro trabajo es subir a los buques, dar charlas, explicar, hacer webinars y en base a eso, ir logrando la capacitación y concientización de esta idea.

¿De qué forma la empresa aplica las regulaciones?

Nuestro trabajo puntual se realiza en base a estudiar las regulaciones que vinieron, las que están vigentes y las que vendrán. Por eso nos adelantamos dos o tres años a lo que va a venir, para ir realizando el cambio cultural, ir implementando las medidas, las documentaciones correspondientes, software, sistemas y demás, todo el desarrollo productivo. Básicamente es conocimiento, mucho estudio y trabajo a futuro.

¿Qué tipo de buques están incorporando estos cuidados del medio ambiente?

Es muy importante aclarar que está relacionado con las regulaciones. Hay ciertos buques que tienen que cumplirlas en forma obligatoria, porque la reglamentación lo pide, tanto como las autoridades marítimas y Prefectura. Pero hay otro tipo de embarcaciones, como los pesqueros, empujes de río, barcos menores, de pasajeros, etc., que no tienen la obligatoriedad, pero empiezan a aplicarlo como política de empresa. Nadie les exige, pero pueden aplicar ciertas medidas, que no siempre requieren grandes inversiones. No hay que modificar los buques, pero pueden reducir el consumo y las emisiones. De este modo, la empresa pasa a ser más rentable, la tripulación empieza a ser consciente del cuidado del medio ambiente y el impacto que tiene la operación en el daño ambiental. Por eso es tan importante aplicarlo, aunque no sea obligatorio.

¿Cómo se lleva adelante desde el punto de vista operativo el proceso de descarbonización?

Lo que hacemos No genera más trabajo del que ya tienen a las tripulaciones. No hay que llenar más reportes. Generalmente es lo mismo, de otra forma y con mayor calidad. Buscamos la excelencia en el dato y eso no significa ponerse en sobre medición o caudalímetros. Solamente se trata de aplicar bien los procesos que están homologados internacionalmente. El trabajo se base en distintas etapas. Es estudiar al buque donde está, tanto desde el punto de vista de emisiones, indicadores, consumos, la huella de carbono que tiene y saber hasta donde tenemos que llegar. Esas son nuestras metas. Para eso gestionamos distintos tipos de planes, según el tipo de buque. Entonces, vamos poniendo en procedimiento que es lo que hay que hacer, como se audita, como se monitorea, antes de llegar a la meta. Cuando hablamos de digitalización, nos referimos a los mismos reportes que hoy llenan, pero en una planilla digital, un excell, o libros, mantenerlo en mandatorios, pero ayudarlo con reportes diarios o cada dos días con reportes digitales. Eso nos permite monitorear al buque día a día con indicadores, que son herramientas para tomar decisiones y entender lo que está pasando en el buque.

¿Progresa la tecnología para reducir las emisiones?

Sí. Hemos tenido casos donde, a nivel flota, específicamente tanqueros, se redujo en año y medio un 18% de consumo. Se llega a esto con medidas muy básicas de capacitación, la optimización de ciertos aspectos operativos, concientización, calidad de datos. Es una meta alta y con medidas que son totalmente lógicas. No hay que cambiar ninguna parte, ni hélices ni nada por el estilo. A veces pongo el ejemplo de alguien que compra un aire acondicionado categoría “A++”. Excelente técnicamente, pero quizás se lo utiliza con la ventana abierta. Entonces tenemos algo técnicamente muy bueno, pero mal operado. Por eso nosotros focalizamos mucho la faz operativa, para que, con lo que hay a bordo y cómo está diseñado el buque desde el punto de vista energético, se puedan lograr metas de reducción de consumo y emisiones.

¿Cómo llegaron a exportar?

Ha sido un trabajo muy duro. En nuestro equipo tenemos al ingeniero Castaña que se dedica a la generación de nuevos negocios y por referencias internacionales logramos vender al exterior. Hay una de las regulaciones que habla de transferencia de tecnología y estamos aliados con el MTSC de Panamá que nos permitió dar una charla internacional. En ese marco pudimos invitar a varios actores de otros países como Perú, Chile, Ecuador, Panamá, México, Brasil, Uruguay y también de Argentina. En base a eso, viendo nuestro historial y el modo de trabajo, consultando, nos contactaron y pudimos lograr la exportación de nuestros primeros servicios en un buque Aframax, de gran tamaño, que hace un tráfico desde Ecuador a California. La empresa es del Estado ecuatoriano y confió plenamente en nuestra actividad. Estamos con la posibilidad de expandir a otros buques de la misma flota. Firmamos el contrato y ya estamos entregando la primera tanda de documentación, trabajo y demás en una semana, aproximadamente. Tenemos un profesional ecuatoriano que va a hacer nuestra parte de apoyo, pero todo lo que es know hou, implementación y desarrollo de software se va a exportar desde nuestro país.