Para poder comprender los cambios que se están dando les contamos el escenario que se presenta en la actualidad y que nuestro país deberá hacerle frente si quiere reactivar los sectores.
Impacto
Argentina atravesó en los últimos años un cambio estructural hacia una fuerte reprimarización de su economía, cambios en la organización de la producción y cambios en las cadenas de valor a nivel global.
Un informe reciente de la CEPAL para América Latina divide el impacto en tres categorías fuerte, significativo y moderado según los sectores.
Entre los más perjudicados turismo, hoteles, restaurantes, comercio, reparación de bienes, transporte, moda, vehículos, automotores y partes, industria cultural y especialmente los museos que viven de los tickets, venta de obra y alquileres al día de hoy están con ingreso 0. Una curiosidad para contar es que el museo Rodin recurrió a la venta de esculturas para paliar la crisis.
Le siguen construcción que en mayo cayó un -48,6% , servicios empresariales, bebidas, muebles y maderas, minería, industria química, electrónica.
Y por último, agricultura ganadería y pesca, producción de alimentos, medicamentos, insumos y equipamiento médico, telecomunicaciones, envases.
Argentina tuvo una caída de la producción industrial durante el primer cuatrimestre del 2020 del 13,5% y por rubros autos -40,4%, autopartes -37,8%, motocicletas – 56,2%, equipos eléctricos -41,6%, alimentos y bebidas 1,5%. Estos números han impactado especialmente en las microempresas y el empleo. Uno de los sectores que se vería más perjudicado en el tiempo es el comercio mayorista y minorista, le siguen hoteles restaurantes, actividades inmobiliarias e industria manufacturera. Un porcentaje del PBI fue destinado a ayuda directa en créditos.
Si analizamos la región en Argentina los montos de las medidas de crédito anunciadas corresponden al 1,6% del PBI. Brasil 3,9%, Paraguay 4,3%, Uruguay 5,3%, Chile 11,4%.
Ahora bien, ¿qué iniciativas colaborativas de emergencia se pusieron en marcha en nuestro país?
Se concretaron algunas propuestas colectivas entre el sector público y privado como el caso de una automotriz, una autopartista, empresas de equipamiento médico y el ITBA que dieron como resultado la fabricación de ventiladores mecánicos. Otro caso, entre institutos de investigación, centros tecnológicos y empresas de biotecnologia desarrollaron un Kit de test diagnóstico COVID 19. Un grupo de pymes textiles se agruparon para confeccionar 150.000 kit de camisolines, máscaras y cofias semanales que representan alrededor de 750.000 mensuales.
Se habla mucho de medidas para ayudar a las empresas, para mencionar algunas propuestas ampliación de los plazos de crédito con períodos de gracia de 1 año y plazos de pago de hasta 5 años sustentado en la banca de desarrollo que está mejor preparada para asumir el riesgo de las pymes y apoyo a sectores estratégicos de la economía en producción, tecnología y exportación.
En nuestro país el costo de la contribución para trabajadores autónomos ronda el 0,9% del PBI.
En la actualidad, se espera que el acuerdo con los bonistas se concrete para impulsar el crecimiento de la economía. Se está hablando de un plan Marshall pero más allá de los títulos se analiza un mapa regional noreste, noroeste, centro, litoral y cuyo para lograr un plan que contemple diferenciaciones en cargas patronales y aranceles de exportación para cada economía regional. En cuanto a una moratoria se analiza un blanqueo para repatriar capitales que generen inversión en el sector de la construcción mediante un plan de reactivación a través de viviendas privadas. Por otro lado, tanto a nivel Nacional como de la Ciudad de Buenos Aires se alientan proyectos de ley para pequeñas y medianas empresas con condonación de deudas tributarias y de servicios en luz gas y agua.
La reactivación implicará cambios drásticos en las empresas.
La seguridad será imprescindible a la hora de comerciar. Desde la desinfección hasta el cambio de la infraestructura. Será necesario reorganizar la producción y las variables logísticas, entre lo híbrido del trabajo presencial y a distancia y la incorporación de lo digital. Habrá que pensar una y mil veces el modelo de negocio, la demanda y la cadena de proveedores en término de empresas y países aliados de la región.
Claramente, todo esto va a implicar un aumento de los costos fijos y variables, entonces la producción de valor agregado y la automatización será fundamental.
La ruptura de las redes habituales llevará a las compañías a repensar proveedores de cercanía y relocalizar la producción estratégica.
Sin lugar a dudas el nuevo desafío será ser sostenible con igualdad.
*Por Silvia Ladino. Director Pyempresa. Vocal Cámara de Comercio Argentina-Paraguay. Consultor en el área de Comercio, Industria y Comercio Exterior de la CAME.