Luego de los anuncios sobre las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) solicitó que el gobierno nacional considere fijar tasas diferenciales para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes) y reactive Líneas de Crédito para la Inversión Productiva que caducaron en diciembre de 2017.
“Los acontecimientos de estos últimos días complicó el panorama para las empresas, porque subieron las tasas y se bajaron las expectativas para el año. Eso significa mayores costos financieros, un mercado de consumo que podría verse afectado por el menor poder adquisitivo de las familias”, indicaron desde CAME.
Ante el actual panorama, desde CAME sostienen que “las firmas deberán resignar algo de rentabilidad y eso es un problema, porque las Pymes ya venían con su ecuación económico-financiera muy comprometida. Por eso, es importante que sigan adelante con sus proyectos de inversión ya que en estos momentos hay que trabajar en mejorar la productividad, y eso se logra invirtiendo”.
Además sostuvieron que la mediada adoptada por el Banco Central de incrementar las tasas de referencia impiden estos planes porque se dificulta el acceso a crédito y, por ende, contribuye a desalentar la actividad.
Es por ello que CAME “vería con agrado que el Gobierno nacional fije tasas especiales para las MiPymes y se reinstauren las Líneas de Crédito para la Inversión Productiva (LCIP) que eran del 17% hasta fines del 2017, teniendo en cuenta que las Pymes hoy no encuentran alternativas en el mercado financiero”.
Actualmente, las Pymes movilizan el 70% del empleo, es por eso que “las herramientas para mantener la subsistencia de las mismas resultan indispensables”, dice el comunicado que denuncia que, sin embargo, “Argentina es un país con mínimo acceso al crédito para las Pymes, donde es más fácil obtener un préstamo para consumo a nivel personal o familiar”.
El promedio de financiación para pequeñas y medianas empresas, medidos en función del PBI, es de tan solo el 12%, siendo de los más bajos de la región y del mundo. A modo de ejemplo, Perú está arriba del 30%, Colombia más del 50% y Brasil y Chile casi el 90%.
“Mientras que en nuestro país solamente el 46% de los créditos se destina a empresas y el 41% a consumo, en Chile esa relación se corresponde con el 60% y el 12% respectivamente”,finaliza el texto.