La economía argentina está atravesando una tormenta fuerte, agravada en las últimas jornadas, donde el dólar blue no encuentra techo, las empresas tienen serias dificultades para importar insumos esenciales y es casi imposible poner precio a los productos.
Ante este sombrío panorama, lo primero que tenemos que lograr desde el sector PyME es que el temor no paralice nuestra actividad ni nuestros proyectos.
Los argentinos, estamos acostumbrados a las crisis, que ya no son cada diez años, todas las semanas hay algo nuevo que sacude el tablero y obliga a recalcular los movimientos.
Esto genera, que muchos empresarios, emprendedores, profesionales, sientan el impacto, se paralicen y pierdan mucho más dinero que él sólo efecto de la crisis. Si bien esta situación es provocada por una cuestión real, como es la profunda incertidumbre, podrían evitar tales consecuencias si continuaran sus actividades con un grado mayor de análisis y planificación.
Todo se inscribe en un contexto de inestabilidad constante. Como dato duro, solo en la última década en Argentina se crearon 70.000 PyMEs por año y cerraron 69.000 en el mismo calendario (según el ministerio de Producción). Esto evidencia que algo hay que cambiar, porque no es lógico que la tasa de cierre sea tan abismal.
Y aunque parezca de no creer, los argentinos seguimos apostando y emprendiendo, a pesar de los mayores costos, los altos impuestos, el tipo de cambio, la imposibilidad de acceder a financiamiento, y la gran incertidumbre (madre de todas las batallas).
Incluso, en las últimas semanas, las PyMEs recibieron una serie de “paladas de tierra” finales sobre sus espaldas: un dólar que se fue por las nubes, mayor control de cambio y restricciones para la importación de insumos.
De primera mano te cuento casos, donde tuvieron que remarcar precios hasta tres veces por semana. Y en uno de ellos dos veces el mismo día. ¿Te suena esa melodía?
Esto provocó todo tipo de situaciones. Una clienta que hace 30 años es líder en Sudamérica de insumos médicos críticos, me comentó desesperada que le limitaron una compra y trabaron su actividad, sólo por 2.000 dólares. Esta restricción la sufren una gran cantidad de compañías y lo grave es que, si se detiene la importación de insumos, se para todo y trae problemas al conjunto de argentinos.
Hace poco más de dos semanas estuvimos 24 horas sin ministro de Economía y se paralizó el país, se desequilibraron los números y aún no sabemos cuánto perdió la economía argentina. Entramos en un laberinto donde los precios recorren una espiral ascendente, los insumos aumentan en forma constante, se trasladan a los precios y la historia ya conocida.
¿Cómo reaccionaron algunos PyMEs? Te acerco a tu escritorio algunos otros ejemplos que atendimos personalmente. Un cliente sacó el botón de compra de su página web porque no tenía precios, admitiendo que de esa forma perdería ventas. Otro pensó cerrar dos días y esperar a ver qué pasaba. Un tercero no puede armar presupuesto, desorientado para establecer un valor a sus productos.
Esto pasa en muchas PyMEs, que, de esta forma, abandonan la posibilidad de ingresar recursos a sus cajas. Una pequeña muestra del daño que produce tanta incertidumbre en la economía real.
Como siempre decimos, los números mandan, así que al primero le mostramos que era más lo que perdía si quitaba el botón de ventas ($ 130 mil por local x día). El segundo si cerraba, perdería un millón de pesos de ingresos, equivalente a los sueldos de gran parte de su personal. Y el tercero, 700 mil por cada presupuesto no presentado. Por eso animamos a que el temor no nos paralice ni nos haga tomar decisiones de memoria, que muchas veces pueden ser el golpe de gracia anticipado.
Por último, algunos conceptos e ideas que se pueden tener en cuenta para hacerle frente a estos vientos. En primer lugar, no debemos actuar por miedo o desesperación, porque eso, indudablemente nos llevará a perder plata. Tampoco hay que dejar de vender, sino hacer bien las cuentas antes de entregar un producto. De este modo, quizás se pierda la ganancia esperada, pero se conserva la confianza con el cliente y se evita que se vuelque a otra empresa que mantenga habilitado el botón de compra. También hay que considerar que no siempre no comprar es ganancia y que no es conveniente paralizar la operación comercial.
Los remedios no aplican a todos por igual. Por el contrario, hay que revisar detenidamente los márgenes brutos, costos y precios, trabajar de gerente financiero y de compras al mismo tiempo y no dejar de hacer márketing ni promociones. Es muy importante entender que la especulación financiera no es para todos, sino para empresas muy grandes o con cierto respaldo.
Todas las crisis tienen ciclos y se resuelven, son oportunidades para hacer muchas cosas puertas adentro de la PyME. Si ya las hiciste todas, no tengo nada que aportarte, pero si aún piensas que hay puntos de mejora y por optimizar, manos a la obra. Es fundamental incorporar a nuestro pensamiento que las crisis, se cursan mejor con gestión interna que si nos paralizamos o cerramos el negocio.
En términos deportivos, comprender que el partido no terminó. Hay que parar la pelota, revisar estructura de costos, ver qué se puede mejorar, ir en búsqueda de clientes históricos, replantear acciones, ajustar, optimizar posiciones, redefinir funciones, revisar procesos y prepararse para retomar la actividad a pleno.