En líneas generales, se conoce poco de innovaciones en el comercio internacional de Argentina. Sin embargo, hace dos años, Uriel Petrucci fundó Grifapp, una plataforma con la que busca que el comercio exterior se sume a la digitalización para alcanzar mayor eficiencia, dinamismo y transparencia. La startup permite conocer en el momento la cotización de cargas LCL. En cuanto las FCL, dependiendo el origen, en menos de 24 horas. Trabaja con transporte aéreo, terrestre y marítimo.
“Al principio la plataforma era mucho más simplificada para despachantes, pero desde este año empezamos a abrirnos al mercado de los importadores directamente para poder facilitar y cortar con tantos intermediarios que encarecen al producto. Esto nos permitió formular una oferta mucho más económica y competitiva como así también más ágil, al hacerlo de manera digital y que facilita verificar si el precio de flete que se está manejando es competitivo”, cuenta Petrucci a Ser Industria.
El creador de Grifapp, que empezó a trabajar a los 18 años en el sector, remarcó que a partir de la pandemia “mucha más gente se animó a cotizar y a interesarse en traer productos de afuera. Vieron la posibilidad de hacer negocios con las importaciones y por qué no con las exportaciones”, aunque aclaró que “Argentina es un país mayoritariamente importador. “Abrirnos a un mercado que estaba necesitando una solución tanto sea por tiempos o por costos”, acotó.
En ese sentido, Celeste Quilindro, representante comercial, explicó que en nuestro país no hay otra plataforma de forwarder similar y que ya cuentan con más de 500 usuarios registrados. “La cotización automática es algo que no se había desarrollado, realmente no existía orientado a importadores sobre todo en las cargas LCL y FCL”, sostuvo.
Entre las ventajas que ofrece este forwarder online, Petrucci indicó que ser una plataforma digital “nos da la capacidad de estar en contacto las 24 horas con nuestros agentes, por ejemplo, de China, que nos mandan directamente el reporte. La información es constantemente actualizada y eso es clave para el cliente que está tomando un servicio y quiere que el tiempo de respuesta sea el menor posible”.
Por otro lado, Quilindro contó que la devolución de los clientes es muy favorable. “Muchos se sorprenden al ver cómo está armada la plataforma y la velocidad en la cotización. Además, pueden seguir el estado de la carga” y expresó que “estamos en una etapa donde vamos mejorando la plataforma y la seguimos desarrollando. Siempre escuchamos lo que nos dicen nuestros clientes y más de una vez terminamos implementando sus recomendaciones”.
El objetivo de la empresa es claro y su fundador lo ratifica. “Queremos simplificar el comercio exterior y que todos podamos ganar. Sabemos que es muy difícil por el tema burocrático, la aduana, tenemos un montón de rompederos de cabeza. La idea es que detrás de las pantallas haya una plataforma mucho más ágil para manejar cosas muy simples como cuándo se retira la carga, cuándo viaja, cuándo llega y cuánto tengo que pagar”.
Evolución
Mientras el mundo cambia constantemente, el comercio exterior sigue lejos de esta tendencia. Para Quilindro Grifapp se puede comparar con los servicios que se usan en la actualidad en otros ámbitos. “Usamos Uber, PedidosYa, Rappi, uno ya no llama a la remisería para pedir un taxi o a la rotisería para pedir comida” y aclara que “nuestra idea es automatizar, pero sin quitar parte humana porque una comunicación es efectiva cuando hay un diálogo, cuando alguien pregunta algo y del otro lado escuchan y responden asertivamente. En eso estamos trabajando”.
En esa sintonía, Petrucci suma que “ser digital nos permite tener más contacto humano, porque terminamos con tanto trabajo de copiar información y pegarla, buscar documentos que lleva mucho más tiempo. Nosotros lo simplificamos tanto que podemos sentarnos y hablar de tu carga. Tenemos ese tiempo disponible para prestar atención a lo importante, a las necesidades de los clientes, porque en comercio exterior, solucionar un pequeño error, puede llevar todo un día de trabajo”.
Como en otras industrias las máquinas se utilizan para las tareas repetitivas. Eso también puede aplicarse en comercio exterior. “Prácticamente, lo que hace el forwarder es copiar información y pegarla en un mail. Al automatizarlo, nos da la posibilidad de hablar con el cliente de una manera más personalizada y además resolver mucho más rápido cualquier inconveniente que surja”, dijo Petrucci.
En Grifapp también se pueden configurar notificaciones para que envíen alertas automáticas al email del despachante y actualizarlo sobre el estado de la carga. “La idea es poder generar esa cadena en la cual todos los involucrados estén actualizados permanentemente”, señaló.
Cuando el cliente carga un pedido de cotización, la vigencia es de entre 10 a 20 días. Se muestra la fecha de vencimiento y se detalla cada uno de los gastos locales y del flete internacional. “El número final no varía, salvo que después el cliente quiere agregar o modificar”, afirmó Quilindro y agregó que si se vence se puede recotizar. Asimismo, una vez que se tiene que realizar el pago, llega una alerta para descargar el cupón de pago donde se muestra el importe a pagar en pesos, al tipo de cambio del día. En la plataforma se carga el comprobante de pago del banco, se avisa que está registrado y se libera la documentación finalizando la operatoria.
La plataforma también tiene su token. Se trata de la Grifcoins. “También creemos que debe haber recompensas por apostar al proyecto, por creer en una forma de manejar el comercio exterior más simple. Por eso, a todos los nuevos importadores que utilicen Grifapp les regalamos nuestra moneda virtual para utilizar dentro de la plataforma. Las puedan reinvertir y que su próximo servicio sea más económico”.