Ya se encontrarían en Buenos Aires al menos cuatro remolcadores de la firma danesa Maersk, contratados por Enarsa a través de la agencia local Marítima Meridian, de la familia Samarín para atender a los buques metaneros que arriban a los puertos de Escobar y Bahía Blanca.
Anoche en el programa “Animales Sueltos”, el periodista Eduardo Feinman aseguró que a las naves identificadas como “Apolo” y “Zeus” , les “trucharon la matrícula antes de terminar las aprobaciones de las autoridades argentinas” , responsabilizando al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich por esta irregularidad.
En tanto, fuentes confiables informaron que dos de las naves se encontrarían en la dársena E y las restantes en el astillero Tandanor. Los mismos voceros estimaron que otros cinco remolcadores llegarían en las próximas 48 horas procedentes de Montevideo y serían despachados directamente al puerto de Bahía Blanca.
Según los términos de la contratación los remolcadores tenían que haber entrado en servicio el sábado 1 de octubre con todos sus papeles y autorizaciones al día.
Lejos de cumplir con lo previsto, un día antes del plazo fijado Maersk le comunicó a Enarsa que aún no pudo ingresarlos al país y que va a necesitar entre 30 y 45 días más para comenzar a operar.
Algunos portales informaron que los remolques fueron revisados por técnicos de la Prefectura Naval Argentina en el puerto de Montevideo. El resultado de las inspecciones habría dejado varias dudas respecto al estado y sus condiciones de seguridad.
De acuerdo con los datos que se manejan en el sector, al menos 3 de los 6 remolcadores que ingresarían inicialmente al país deben ir a “dique seco” para procederse a revisación de sus estructuras externas fuera del agua y definir qué tipo de reparaciones hay que efectuarles antes de que sean autorizados a funcionar.
Además de los permisos de Prefectura, Maersk tiene que lograr otras cuatro autorizaciones técnicas y legales clave provenientes de la secretaría de Industria, el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), Aduana y la secretaría de Puertos y Vías Navegables que conduce Jorge Metz.
Maersk es uno de los principales operadores mundiales de terminales portuarias y barcos de cargas. En Argentina, opera la terminal 4 del puerto de Buenos Aires y a nivel mundial concentra alrededor del 20% del tráfico y movimiento de contenedores.
Tras haber defendido públicamente la adjudicación del contrato que implica una facturación anual del orden de los 50 millones de dólares, las autoridades de Transporte no descartarían otorgarle una especie de “permiso extraordinario” para que comience a operar mientras concluye el resto de los trámites legales.
Mientras tanto, la demora llevó a Enarsa a tener que tomar una medida insólita. Para poder asegurar la atención de los barcos de GNL que arribarán en octubre, la empresa que conduce Hugo Balboa tuvo que salir a contratar transitoriamente a Trasnona, la firma local de remolcadores que fue desplazada al segundo lugar en la polémica licitación y que tiene en curso una demanda judicial contra Enarsa por haber -supuestamente- direccionado la adjudicación del negocio a favor de Maersk y Meridian.
Paralelamente, en la causa judicial que ahora está en manos de la Sala II de la Cámara Civil Comercial Federal, Transona denunció que las autoridades de Enarsa demoraron 18 días la notificación oficial del resultado de la polémica licitación.
Según las pruebas aportadas, Enarsa le adjudicó formalmente el negocio de los remolcadores a Maersk y Samarín el 29 de agosto pasado.
Pero en vez de comunicar de inmediato esa decisión a Transona, los directivos de Enarsa retuvieron la notificación oficial hasta el día 16 de setiembre. La inexplicable tardanza registrada en la comunicación oficial habría respondido al objetivo de entorpecer la presentación y el tratamiento de la denuncia judicial que llevó adelante Transona.
El planteo judicial impulsado por Transona se focalizó en tres aspectos clave de la oferta de Maersk y Samarín que no se habrían ajustado al pliego.
En primer lugar, la propuesta y rebaja tarifaria estuvo condicionada a dos variantes que no estaban contempladas en el pliego: un contrato por 24 meses y la doble operación de los puertos de Bahía Blanca y Escobar.
En segundo lugar, los remolcadores ofrecidos por Maersk no estaban matriculados en la Prefectura Naval al momento de presentación de la oferta, tal como exigían las bases y condiciones de la licitación.
Y por último, si bien Meridian es una empresa nacional, lo que ofrece para remolque son unidades extranjeras que no se encuentran inscriptas legalmente y no se ajustan a las reglas del Compre Argentino y a la ley de cabotaje que prioriza a las embarcaciones locales.