Una delegación de representantes de la sociedad pública española, Navantia, dedicada a la construcción naval civil y militar, visitó esta semana el Astillero Río Santiago (ARS) y analizó la posibilidad de realizar proyectos en conjunto.
Los directivos de la mayor constructora naval del mundo hispano, así como una de los más importantes y antigua de Europa, recorrieron las instalaciones del Astillero ubicado en la provincia de Buenos Aires.
Por Navantia estuvieron presentes Alicia Lapique, Alejandro Zaragoza, y Gavin Lough y John Lough, representantes en Argentina, y fueron recibidos por el presidente del ARS, Pedro Wasiejko, su gerente General, Gonzalo Ibendahl e integrantes de la Comisión Administrativa de ATE Ensenada.
Durante la visita, los presentes indicaron intenciones de “establecer una alianza estratégica” en un futuro.
Números rojos
Sin embargo, Navantia que se creó en 2005 tras la quiebra de Izar, que también era una sociedad pública española dedicada a la construcción naval y que agrupaba a los principales astilleros de España, no atraviesa un buen momento en su país.
Medios españoles describen a la empresa que tiene sus oficinas centrales en Madrid como “un agujero para las arcas públicas y para el bolsillo del contribuyente”.
En ese sentido, remarcan que “en el año 2006 Navantia registró pérdidas de 129,4 millones de euros. Un año después en 2007 cerró el ejercicio con un beneficio de 159.000 euros”.
Pero aclaran que desde entonces sus cuentas arrojaron saldos negativos. Los artículos periodísticos muestran que “en 2008 las pérdidas fueron de 51 millones de euros. En 2009 fueron 78,2 millones de euros. En 2010, 44 millones. En 2011, 43,2 millones. Perdió 78 millones en 2012, 57 en 2013, 29 millones en 2014, 160 en 2015, 303 en 2016, 389 en 2017, 225 en 2018, casi 300 en 2019, 137 en 2020 y por el mismo camino vamos en este 2021. En total, Navantia ha costado más de 2.000 millones de euros desde su creación”.