El transporte marítimo es un pilar fundamental para la economía global, movilizando cargas que se han duplicado en las dos últimas décadas. Sin embargo, este crecimiento trajo consigo un desafío ambiental significativo: el aumento del Ruido Radiado Submarino (URN, por su sigla en inglés).
Este fenómeno, generado por todo tipo de buques, incrementó 3 dB por década, afectando gravemente los ecosistemas marinos e interfiriendo con las funciones vitales de las especies marinas.
El URN es una forma de contaminación acústica que se manifiesta a través de las vibraciones y sonidos emitidos por los buques, afectando a una amplia gama de especies marinas que dependen del sonido para su supervivencia. Los efectos negativos del URN incluyen alteraciones en la comunicación, la búsqueda de alimento y la evasión de depredadores, lo que conlleva cambios drásticos en el comportamiento, la anatomía y los niveles de estrés de estas especies.
Este tipo de contaminación no solo afecta a la biodiversidad marina, sino que también tiene implicaciones económicas significativas. La disminución de especies claves como los mamíferos marinos puede impactar negativamente en el ecoturismo, mientras que la perturbación de las poblaciones de peces puede reducir las capturas pesqueras, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
Afortunadamente, existen soluciones para mitigar el impacto del URN. Entre ellas podemos mencionar la mejora en la eficiencia energética de los buques, la cual no solo contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también disminuye el URN. Medidas como la reducción de la cavitación de las hélices, el mantenimiento regular de los cascos, la implementación de nuevos recubrimientos y tecnologías de monitoreo in-situ son esenciales para minimizar el ruido y restaurar el equilibrio sonoro en los océanos.
El crecimiento del comercio marítimo, necesario para la economía global, conlleva una responsabilidad ambiental que no puede ser ignorada. El URN representa un desafío significativo para la conservación de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad de las actividades humanas que dependen de ellos. Implementar medidas efectivas para reducir el ruido radiado submarino es crucial para proteger la vida marina y garantizar un futuro en el que el crecimiento económico no sea a expensas de la salud de nuestros océanos.
Esta planificación ofrece una oportunidad, que aumentará la eficiencia operativa y reducirá los costos de combustible. Además, la implementación de las directrices de la OMI demuestra que la industria naviera mantiene su compromiso con la sostenibilidad ambiental.
Rousseaux, como Centro de Operaciones Ecoeficientes para la industria naval, se encuadra en los lineamientos OMI MEPC.1/Circ.906. Se posiciona como un aliado clave en esta misión en los buques existentes, para el logro de reducir hasta 3 dB en la próxima década, proporcionando las herramientas y servicios necesarios para enfrentar este desafío.
Estos lineamientos implican que la empresa cumple con las normas internacionales de gestión ambiental en la industria naval, específicamente en la prevención de la contaminación marítima.
Esto incluye la implementación de medidas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, asegurar la eficiencia energética en buques y seguir protocolos de monitoreo y reporte continuo. Este alineamiento refuerza el compromiso de Rousseaux con la sostenibilidad y la protección del medio marino, garantizando operaciones responsables y conformes con la normativa global.