Desde 2012, Sandra Cipolla es la presidenta del Grupo SPI Astilleros, desempeñando una enorme responsabilidad, ya que, además de las importantes instalaciones que la empresa posee en la ciudad de Mar del Plata, está al frente de SPI Alnavi en Campana y Astilleros Patagónicos Integrados S.A. (APISA). Asimismo, en abril de 2021, se convirtió en la primera mujer que conduce la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN).
Cipolla ingresó a la industria naval a principios de los 90 y destacó que actualmente, casi el 17% de la nómina deSPI está integrada por mujeres. “Trabajan ingenieras navales, licenciadas, técnicas en seguridad e higiene y estudiantes de ingeniería”, detalló.
En otro orden, indicó que la brecha salarial por cuestiones de género “tiene años de estudios y es un tema pendiente, no sólo en nuestro país, también en América Latina y a nivel mundial”. En ese sentido, reconoció el trabajo del ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación a través del Gabinete de Género, en articulación con las distintas áreas y sectores de la producción.
¿Cómo fue tu ingreso a la actividad empresarial?
En el año 92 comencé a trabajar en SPI, buscando una oportunidad laboral. Era un contexto complejo para la industria en aquel momento ya que veníamos de la hiperinflación y de las políticas aplicadas durante la década de los 90. Y siempre digo lo mismo, desde aquel momento me enamoré de la industria naval. A partir de allí, me fui desarrollando en distintas áreas con mucho esfuerzo y compromiso. Estuve a cargo del área de recursos humanos, compras, luego como gerenta financiera y gerenta general y a partir del año 2012 hasta la actualidad, como presidenta del Grupo SPI Astilleros.
¿Cómo es para una mujer trabajar en la industria naval?
Creo que va más allá de ser hombre o mujer, al puerto y a la industria naval los amas o no, no hay medias tintas en esta cuestión. Tenés que amar su cultura, su propia idiosincrasia. En términos de género y diversidad estamos trabajando mucho desde hace un tiempo y, si bien hoy hay muchas más mujeres desarrollándose en ámbitos netamente productivos, todavía es una industria masculinizada. Tené en cuenta que en el 2005 llevamos adelante una etapa de profesionalización en la empresa y era muy difícil encontrar mujeres para el sector. En estos momentos, en SPI hay trabajando ingenieras navales, licenciadas, técnicas en seguridad e higiene y estudiantes de ingeniería. Casi el 17% de la nómina de nuestra empresa son mujeres. La mujer tiene mucho para aportar a la industria y al desarrollo de los procesos productivos industriales a partir de una mirada diferente, que se complementa con la perspectiva de los hombres. De ese trabajo conjunto se genera una sinergia que impacta de forma muy positiva en la productividad de la empresa.
Reiteradamente se escucha hablar de la existencia de una brecha salarial que perjudica las mujeres. ¿Se necesitan cambios legislativos? ¿Cuáles?
La brecha salarial por cuestiones de género tiene años de estudios y es un tema pendiente, no sólo en nuestro país, también en América Latina y a nivel mundial. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fija como objetivo “lograr el empleo pleno y productivo y garantizar un trabajo decente para todos los hombres y mujeres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor”. En ese marco, creo que es necesario continuar y profundizar un trabajo transversal desde el estado – a partir de la implementación de políticas públicas de capacitación, financiamiento, inclusión, etc.- acompañadas por el sector privado, que tiendan a eliminar esa brecha y acercarnos al objetivo de máxima que es construir una sociedad más justa e igualitaria. Me parece importante destacar en este punto el trabajo que se viene desarrollando desde el ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación a través del Gabinete de Género en articulación con las distintas áreas y sectores productivos.
¿Cuál es el principal escollo que enfrentan las mujeres en el campo laboral? ¿Cómo superarlo?
Creo que la cuestión fundamental está vinculada al modelo de sociedad arraigado que tenemos desde hace muchísimos años, que no es fácil de cambiar y que se refleja en las distintas cuestiones de nuestra vida cotidiana, incluido el ámbito laboral. Por eso me parece fundamental que las mujeres tengamos la confianza y la plena certeza de que podemos estar y ocupar el lugar que queramos. Aun cuando el camino, en algunos momentos pueda ser más difícil, no hay que bajar los brazos. Hemos avanzado en los últimos años, y si bien se está trabajando mucho en iniciativas y herramientas en pos de la equidad de género, aun cuando es un tema que cuenta con una amplia visibilización, todavía nos queda un largo camino por recorrer. La implementación de más iniciativas proactivas de igualdad y la articulación del sector público y privado en la implementación de esas iniciativas me parece que es un factor muy importante para avanzar en el camino de la real igualdad de oportunidades.
¿Cómo visualizas el futuro, a corto plazo, de las mujeres en los puestos de dirección?
Si bien aún los números entre hombres y mujeres en puestos de dirección son dispares, cada día son más las mujeres que ocupan cargos directivos en las empresas o lugares de liderazgo. Sin dudas, eso se va a ir profundizando y consolidando a futuro a partir las iniciativas de igualdad de género y la visibilización del impacto positivo de esos liderazgos femeninos.
¿Qué consejos les das a las mujeres que se inician en el ámbito empresarial?
No sé si aconsejaría porque cada persona va construyendo su camino a partir de muchos factores y circunstancias que influyen en ese desarrollo. Puedo decirte, a partir de lo que fue mi experiencia, que tengan plena confianza en ellas mismas, que el camino seguramente no va a ser sencillo, pero que con compromiso, esfuerzo y perseverancia las mujeres pueden alcanzar el objetivo que se propongan.