La apertura de importaciones que impulsó el gobierno de Javier Milei desafía a la industria nacional, que desde hace décadas reclama por la pesada carga impositiva, entre otros factores que incrementan sus costos y condicionan su competitividad.
“Se estima que a partir de marzo o abril aumentará la llegada de importaciones. Personalmente, creo que se debe lograr un equilibrio entre la apertura comercial y el fortalecimiento de la industria nacional”, expresó Ana María Videla, socia fundadora de IBAC Consulting a Ser Industria.
Si bien en 2024 el 80% de los productos importados fueron insumos para la producción,la preocupación se centra en el ingreso de productos terminados que ingresarían al país para disputar el mercado interno.
La especialista en comercio exterior compartió su visión sobre los fuertes cambios que se están produciendo en el horizonte económico y comercial argentino. Además, destacó que, si bien el 2025 se presenta desafiante, los empresarios van a encontrar buenas oportunidades.
“Los que trabajamos en comercio exterior estamos acostumbrados a adaptarnos constantemente”, expresó Videla al referirse a la desregulación de la actividad promovida por el gobierno de La Libertad Avanza. A su criterio, esta flexibilización presenta una gran oportunidad para las empresas, pero también requiere un enfoque estratégico y consciente por parte de los actores del mercado.
Precauciones
Videla subrayó que el nuevo escenario genera expectativas y nerviosismo en distintos sectores industriales. La eliminación de trabas, como la reducción de aranceles y la supresión de valores de referencia, busca fomentar la competitividad y abaratar costos en el mercado local.
Sin embargo, advirtió que esta libertad debe ser administrada con seriedad. “Es fundamental que las empresas analicen cuidadosamente qué importar, cómo hacerlo y cómo diferenciarse”, señaló.
Subrayó que un error frecuente es enfocarse en un único mercado, como China, para adquirir productos similares que podrían saturar el mercado. “Debemos buscar la manera de mejorar la calidad de los productos nacionales o de diferenciarnos con innovación y tecnología. Las decisiones apresuradas podrían conducir a una competencia destructiva basada únicamente en precios”.
Insumos y productos finales
Al poner el foco en el sector importador, la especialista señaló que la mayoría de las empresas que apuntan a los insumos industriales seguirán haciéndolo con mayor fluidez.
Sin embargo, expresó su preocupación por el aumento de importaciones de productos finales que ya están disponibles en el ámbito local. Alertó que “esto podría perjudicar a la industria nacional si no se gestionan adecuadamente las estrategias de diferenciación y competitividad”.
Asimismo, resaltó el potencial de las zonas francas para optimizar las importaciones y exportaciones. Sin embargo, criticó los altos costos y la burocracia asociados a su utilización en Argentina, en comparación con alternativas más competitivas, como el Puerto Libre en Uruguay. “Reducir los costos logísticos y portuarios es esencial para potenciar tanto las importaciones como las exportaciones”, afirmó.
La especialista también hizo referencia a la flexibilización de las compras personales, que se ven facilitadas por la conectividad que provee internet. “Fácilmente se puede encontrar un producto en cualquier lugar del mundo y comprarlo si vale menos de X cantidad de dólares. No es necesario cumplir con ningún tipo de certificación para hacer este una importación para uso particular hasta cierto valor“.
“Las personas pueden buscar sus productos en el exterior, la competencia se abre y no creo que sea en detrimento de la economía. Las empresas tienen que hacer un gran esfuerzo de adaptación a esta nueva realidad que es la que se vive en otros países”, añadió.
Exportaciones
Si bien en este momento la apertura del comercio exterior lleva todas las miradas a las importaciones, Videla enfatizó la importancia de fortalecer las exportaciones. “Las herramientas para fomentar las exportaciones existen, pero muchas pequeñas y medianas empresas desconocen su existencia o cómo utilizarlas”.
Agregó que, además, “el Estado debe garantizar la devolución eficiente de reintegros y simplificar los procesos burocráticos”.
Otro de los puntos analizados, se relaciona al tipo de cambio, aspecto que muchos rubros productivos consideran atrasado. Consideró que “es crucial, pero no debería ser la única estrategia para impulsar las exportaciones. La clave estaría en brindar apoyo a las empresas para que puedan desarrollar productos con mayor valor agregado y competir en mercados internacionales”.
“Tanto el gobierno como las empresas tienen un rol clave en este proceso. Personalmente creo que se debe lograr un equilibrio entre la apertura comercial y el fortalecimiento de la industria nacional. De ese modo podríamos alcanzar un cambio positivo para todos”, concluyó Videla.