“Si no acomodamos la economía interna, difícilmente podamos exportar”

La especialista Yanina Lojo repasó temas puntuales del comercio exterior argentino.

Yanina Lojo.
Yanina Lojo.

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29 febrero, 2024

Desde la importancia de estabilizar la economía interna hasta la necesidad de reducir la burocracia y mejorar la infraestructura logística, fueron algunos de los temas que la licenciada en Comercio Internacional, Yanina Lojo abordó en una entrevista con Ser Industria.

Asimismo, la titular de Consultora Lojo, explicó que cuando un exportador enfrenta fluctuaciones constantes en su estructura de costos locales, sin precios de referencia estables para los insumos y sin certeza sobre el tipo de cambio, se vuelve difícil ser competitivos con las exportaciones.

La experta reflexionó sobre el papel del Estado y la relevancia de acuerdos internacionales como el MERCOSUR – Unión Europea para impulsar las exportaciones no tradicionales del país.

Respecto al puerto Buenos Aires como principal concentrador de carga, Lojo planteó la necesidad de ampliar la cantidad de puntos de salida en el país para reducir costos logísticos. “Hay muchísimo para mejorar en los puertos de Argentina”, comentó. Agregó que cualquier desarrollo en este sentido reportaría un incremento en las exportaciones y una mejora en la competitividad del país.

En tiempos de campaña electoral, se habla sobre el potencial exportador de Argentina. ¿Por qué no se concreta cuando asumen los gobiernos?

Por los problemas macroeconómicos que tenemos. Si no acomodamos la economía interna, difícilmente podamos exportar. Si la estructura de costos locales fluctúa constantemente, el exportador no tiene precios de referencia para los insumos, no sabe efectivamente a qué tipo de cambio va a poder exportar. ¿Cómo puede hacer un precio de exportación competitivo? Además no hay financiamiento. Hay líneas de crédito blandas para la producción, líneas de capital, de trabajo, pero así como salen se agotan. Después está el problema de los costos locales, ya sea de insumos nacionales, importados y mano de obra obviamente que repercuten, pero todo tiene que ver con la inflación. No hay estabilidad en los precios, no hay precios de referencia y tenés el problema de los costos. Me parece que no tomamos en serio el comercio exterior, los argentinos lo vemos como algo complementario. Cuando se entienda que las exportaciones y las importaciones son parte del motor de la economía, que hacen crecer la actividad económica y la industria, ahí comenzarán a verse resultados positivos.

¿Los costos logísticos impactan en la competitividad de los productos locales?

Nos juega en contra la logística, estamos lejos de los grandes centros de consumo y de los grandes centros productivos. Eso no lo podemos solucionar, lo podemos optimizar por ejemplo con la creación de Hub logísticos que hacen que muchos productos se vuelvan más competitivos. Los costos logísticos impactan también cuando se importan insumos para procesos productivos. Después para sacar esa producción al resto del mundo nuevamente la logística se vuelve clave. Tenemos que optimizar los procesos y costos locales. No vamos a cambiar nunca lo que vale un flete internacional, pero sí podemos bajar nuestros costos locales y para eso necesitamos que la economía se estabilice. Lo que es tendido de vías ferroviarias prácticamente no se ha extendido en el país desde principios del siglo XX. El ferrocarril para la carga es el mecanismo más económico de transporte y en Argentina todo se mueve vía terrestre, pero por camión. Eso tiene una incidencia enorme en costos. Además hay productos que se producen en Mendoza que por tema de costos les conviene salir por los puertos de Chile que por Buenos Aires, más si tienen que ir a Asia. Está fallando la logística internacional, no de parte de los agentes de logística, sino a nivel estado que no está  trabajando en lo que es mejorar el corredor bioceánico que une Brasil y Chile, en la hidrovía Paraguay Paraná.

El ferrocarril, clave para bajar costos logísticos.

¿El problema macroeconómico es en gran parte la falta de dólares genuinos que deberían generarse a través de las exportaciones?

El punto principal es lograr estabilidad. Mientras haya inflación, al productor le resulta muy complicado tener una estructura de costos porque no tiene manera de saber a cuánto va a reponer esos insumos que usa para producir. Tiene que andar haciendo ingeniería financiera o recurriendo a un montón de instrumentos para tratar de cubrirse sin saber si realmente va a ganar o perder en la operación. Solucionar la inflación va a ayudar a que se estabilice la estructura de costos y empiecen a ingresar dólares genuinos. También es verdad que el año pasado tuvimos una de las mayores sequías, lo que hizo que cayeran los ingresos considerablemente. Si este año tenemos una buena cosecha y se empieza a liberar el acceso al dólar, las industrias deben ser las primeras en poder acceder al dólar para que puedan producir, porque es la que mueve la economía, genera trabajo y es la que va a garantizar los ingresos para seguir  consumiendo y que la rueda en el mercado interno se sostenga. La inflación está expulsando gente de la economía formal, generalmente son los que tienen menos recursos y es muy difícil que vuelvan a reinsertarse en la economía formal, quedan en la economía informal.

¿En el resto de los países, cuando el productor exporta, los dólares van al Banco Central para ser administrados?

Depende de cada país. No todos tienen el mismo régimen. Por ejemplo, Brasil tiene control de capitales. El brasileño tiene que ingresar los fondos por las operaciones, pero ellos no atesoran en dólares, lo hacen en reales porque tienen confianza en su moneda. Ven que su política económica y comercial guarda una relación independiente de la administración política de turno. En los años 90 ellos implementaron el Plan Real, mientras nosotros hicimos la convertibilidad,  sentaron las bases para la fundación de un proyecto económico que llega hasta el día de hoy. Cuando lograron estabilizar su economía se fueron de esa paridad uno a uno a un régimen de fluctuación que era lo que quizás deberíamos haber hecho nosotros. La convertibilidad te pone un corset muy duro que cuando salís se producen efectos negativos como los que vimos, Ellos salieron de manera prolija y usaron solamente la convertibilidad para estabilizar la economía. Hoy Brasil es uno de los países con una de las economías más pujantes del mundo. Eso lo ayuda geopolíticamente a posicionarse como un líder dentro de la economía mundial. Durante estos cuatro años de mandato, Lula va a tratar de posicionar a Brasil como el líder indiscutido de Sudamérica basado en su economía.

¿Cómo funciona en otros países de la región?

Uruguay tiene el bimonetarismo donde la circulación del peso uruguayo y el dólar es indistinto. Conviven de una manera muy prolija. No tienen el nivel de restricción que tenemos en Argentina. En el caso de Chile el comercio exterior tiene un nivel de liberalización completo. Eso responde a una matriz económica totalmente distinta por  las condiciones particulares que tiene el país. Necesitan sí o sí importar y ahí los procesos están completamente simplificados. Hace muchos años trabajaba en una empresa que operaba con Chile y una semana antes que llegue el buque ya habíamos pagado los derechos de importación. La mercadería bajaba del barco y salía directo a plaza. Eso es un poco lo que se quiere hacer acá con el despacho directo a plaza que si bien estaba reglamentado, no estaba funcionando. De esta forma la carga no pierde tiempo en el depósito fiscal.

¿Abrir el comercio exterior destruye la industria nacional?

La demanda en los últimos años se mantuvo con emisión monetaria, pero eso no nos hizo ganar competitividad a nivel internacional. Se habla mucho de que si se libera el comercio exterior se destruye la industria nacional, eso no lo veo así. El hecho de estar tan cerrados hizo que la industria nacional no tenga la dinámica para poder competir a nivel internacional. Necesitamos una industria fuerte, que constantemente esté a la vanguardia. Ahora hay un montón de ineficiencia. Ya sea por impuestos distorsivos, porque no hay seguridad sobre el tipo de cambio o por la inflación, no hay certeza sobre el futuro.

Exportar, todo un desafío en Argentina.

¿La burocracia que conlleva exportar también es un problema para lograr competitividad?

Lo mejor que se puede hacer es bajar el nivel de burocracia, para que de esa manera sea mucho más fácil el proceso de exportación. La burocracia lo único que hace es introducir ineficiencias. No digo eliminar controles que son necesarios. Tenemos un montón de herramientas para evitar que la persona tenga que trasladarse físicamente a un lugar para presentar un papel. Lo ideal es que la Ventanilla Única de Comercio Exterior funcione en su máximo potencial.

¿Cuál debería ser el rol del Estado?

No debería intervenir y generar distorsiones en la economía que terminen por generar ineficiencias que las pagan los consumidores. El estado debería evitar que se lleven adelante prácticas desleales en la economía, cartelización por parte de las empresas. En el último tiempo estaba tan cerrada la economía que no hubo análisis de dumping porque no entraba mercadería para que se pudieran dar esas situaciones.

¿Crees que Argentina va a continuar profundizando sus exportaciones de materias primas por sobre las de productos industrializados?

Tenemos una fuerte dependencia del sector agroexportador, en particular de productos primarios. Eso no está mal, por ejemplo en la pandemia cayó la demanda de todos los productos menos de los alimentos. La gente siempre tiene que comer. Lo que se tiene que hacer es sostenerse en lo que somos fuertes para expandir nuestras exportaciones hacia productos con un mayor nivel de industrialización. Obviamente que si tienen un valor agregado mayor ingresan más cantidad de dólares. Sin embargo, los argentinos tenemos que aprender que no podemos pretender exportar todo, ni producir todo, porque eso no se hace en ninguna parte del mundo. La clave es tratar de volvernos mejores en lo que somos buenos y minimizar los efectos negativos en el caso de lo que no somos tan buenos. En este último tiempo, por ejemplo, crecieron mucho las exportaciones de sectores no tan tradicionales como el de servicios. Argentina exporta muchos servicios, cada vez más porque tenemos profesionales muy buenos. Si lo sabemos aprovechar, le puede dar a la Argentina un lugar en el mundo bastante interesante.

¿Puerto Buenos Aires como gran concentrador de la carga contenerizada del país es eficiente?

Habría que ampliar la cantidad de puntos de salida en el país. La centralización del puerto de Buenos Aires tiene un impacto en los costos logísticos para muchos productos de algunas provincias. Tenemos una costa muy amplia y es llamativo que no se haya potenciado. Sería interesante ver qué pasaría si ampliamos la oferta. También hay una realidad ya que dada la matriz productiva de la Argentina, la mayor cantidad de uso de contenedores se da en el sector centro del país y con el puerto de Buenos Aires estamos cubiertos. Cualquier desarrollo portuario que se haga para mejorar la logística va a reportar en un incremento de las exportaciones y en una mejora de la competitividad. En los puertos se puede trabajar mucho en logística, infraestructura interna. Hay muchísimo para mejorar en los puertos de Argentina.

El futuro de Puerto Buenos Aires es un tema de debate.

¿Cuánto depende de la carga y de la decisión de las navieras la posibilidad de descentralizar el transporte marítimo?

Depende de las condiciones y beneficios que se les ofrezcan. Hay una serie de factores involucrados. El volumen de carga es clave, ya que las navieras se dirigen hacia donde hay mayor volumen. Países significativamente más pequeños que el nuestro tienen un volumen de operaciones mucho mayor y cuentan con más puertos. Volviendo al mismo punto, estamos muy lejos y eso nos juega en contra.

¿Cuál es tu posición respecto al acuerdo MERCOSUR – Unión Europea?

Creo que sería importantísimo, concentraría uno de los mayores volúmenes de comercio a nivel mundial. La apertura es fundamental para el crecimiento de las exportaciones argentinas no tradicionales como pueden ser las industriales. El borrador del proyecto de acuerdo con la UE está cerrado desde 2019. Argentina y Francia fueron los únicos dos que no quisieron poner la firma en la última reunión de presidentes. Francia subió las exigencias ambientales y Argentina no quiso avanzar con el proyecto, pero del resto de los países miembros del MERCOSUR quieren firmarlo. Quizás con el cambio de administración haya otra visión y lo que pide Francia, que es la que está más reticente a la firma del acuerdo, se pueda negociar. Aparte ningún acuerdo de libre comercio implica el libre comercio de manera inmediata, ya que el hecho de conseguir preferencias arancelarias para entrar a la UE y que los productos del MERCOSUR en general ingresen de manera más competitiva, sería muchísimo para las exportaciones argentinas.

¿El MERCOSUR necesita una actualización?

Es necesario que se profundice el MERCOSUR que está muy estancado. Cuando se pensó tenía unos objetivos de desarrollo más que interesantes, pero ya no sé si le corresponde la calificación de unión aduanera imperfecta como se lo denominaba hace unos años atrás o si ya no nos caímos de eso. Todavía no logramos la libre circulación de bienes ni personas dentro del bloque. El objetivo máximo del MERCOSUR era parecerse a la UE y estamos muy lejos de eso. Además hay que revisar el MERCOSUR porque la matriz productiva de los países miembros cambió mucho en estos últimos 30 años y hay que adaptarlo a la situación actual. A su vez, si seguimos teniendo recelos entre los países que integran el bloque, difícilmente se dé el acuerdo con la UE. Dentro del MERCOSUR está Brasil que es una de las economías más importantes del mundo y es el momento para que el bloque explote su potencial.

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