A pesar de las fluctuaciones económicas que han caracterizado a Argentina en la última década, un reciente análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) revela un panorama donde apenas cuatro provincias han logrado un incremento en su Producto Bruto Interno (PBI) per cápita: Neuquén, Jujuy, Santiago del Estero y Misiones.
Neuquén, impulsada por la explotación de recursos energéticos como el gas y el petróleo de Vaca Muerta, lidera este grupo con un crecimiento económico que trasciende las fronteras provinciales, contribuyendo significativamente al abastecimiento energético y a la economía nacional. Por otro lado, Santiago del Estero, Jujuy y Misiones han capitalizado en sectores como el agro, la minería y el turismo, respectivamente, demostrando la diversidad de caminos hacia el crecimiento económico.
Este avance contrasta marcadamente con el desempeño económico general del país y de las otras provincias, muchas de las cuales han experimentado caídas en su PBI per cápita durante el mismo período. Entre las más afectadas se encuentran Tierra del Fuego, Catamarca y San Juan, regiones que han visto disminuir significativamente su producto per cápita, reflejando las dificultades para adaptarse a las condiciones económicas cambiantes y a los desafíos globales y locales.
Números críticos
Entre 2011 y 2022, la economía argentina creció, entre subidas y bajadas, un 1,8%. Mientras tanto, entre los censos del 2010 y 2022 hay un crecimiento de población de más del 14%, lo que equivale a cerca de seis millones de habitantes más.
Con estos dos datos queda claro que, más allá del exiguo crecimiento de la economía argentina en esos once años, hoy el tamaño de la economía por habitante (o PIB per cápita) es menor que el que era hace poco más de una década. Más aún, el diágnostico probablemente empeore cuando dispongamos de los datos del 2023, un año atravesado por la histórica sequía que vivió Argentina.
Sin embargo, si observamos el comportamiento económico de las provincias argentinas a lo largo de esta década de estancamiento, el mismo está lejos de ser homogéneo. El PIB es un indicador que conjuga sectores económicos y regiones que pueden tener comportamientos de lo más dísimiles entre sí.
Las más y las menos
En este sentido, del 2011 al 2022 la actividad económica en las provincias de Neuquén, Santiago del Estero y Jujuy creció 57%, 23% y 22%, respectivamente, siendo las tres provincias de mejor desempeño. Mientras tanto, las economías de Catamarca, Mendoza y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2022 cayeron 10,5%, 7,6% y 6,1%, respectivamente, respecto de los niveles de 2011, siendo estas tres las bajas más importantes en términos relativos.
Por su parte, la provincia de Santa Fe mostró una caída próxima al 1% del 2011 al 2022, liderada por el descenso de la actividad agropecuaria, el sector que más perdió en términos absolutos.
Múltiples factores llevan a que el sector Agricultura y Ganadería muestre una baja del 3% en este período para toda la Argentina. Mientras este sector mostró mermas del 16%, 7% y 5% en Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, respectivamente, creció un 16% en Córdoba y un 47% en Santiago del Estero.
Sin embargo, estos volúmenes relativos deben ponerse en perspectiva con el peso de cada jurisdicción en la economía argentina. En este sentido, la caída de actividad económica más fuerte del período 2022-2011 se ubica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por el peso de CABA en la economía nacional, su merma de 6,2% impacta igual que la suba del 57% de la actividad económica en Neuquén.
Por otro lado, el estancamiento económico impacta con especial preponderancia en Santa Fe. Hace dos décadas la provincia representaba el 8,5% de la economía nacional, mientras Córdoba se llevaba el 7,8%. Al cierre del 2022, las proporciones se invirtieron, con Santa Fe llevándose el 7,8% del PIB argentino y Córdoba el 8,5%.