Roque Di Gilio, expuso en la segunda Jornada “La Plata, un Puerto en crecimiento” organizada por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y Ser Industria, donde manifestó su satisfacción por ser Di Gilio Hnos e Hijos, empresa de la cual es socio, la primera que importó a través del servicio a Lejano Oriente que opera en TecPlata.
Ubicada en Ensenada, la compañía provee insumos a terminales automotrices, fabricantes de remolques, entre otros. “Nos dedicamos a la industria pesada y a la parte de frenos y nuevas tecnologías”, señaló.
Al recordar cómo fue el proceso para concretar aquella primera importación, contó que “me pase llamando a armadores. Uno de ellos me dijo que con TecPlata lo único que hacían era mover contenedores vacíos, pero yo sabía que había un barco que estaba viniendo quincenalmente y luego de varios intentos logré contactarme”, y agregó que “el trabajo que se hizo para la llegada de nuestra primera carga a TecPlata fue excelente. Estoy en constante diálogo con gente que está con nosotros, tratando de importar a través de esta terminal. Tiene que ser un círculo virtuoso, con uno solo no alcanza, hay que sumar volúmenes”.
Di Gilio sostuvo que en el contexto global que atraviesa el mundo y en particular la Argentina por el golpe económico que significa la pandemia por el Covid-19 importar se ha vuelto complicado. “Al costo se le suma la falta de insumos. Un contenedor que estaba en 2000 dólares, hoy está en 6000 0 7000 dólares, pero nosotros necesitamos tener esos productos”.
También se refirió a los famosos accesos a la terminal portuaria. “El tema de los tres kilómetros de autopista se está destrabando y vamos a poder tener un ingreso aún más rápido”. También destacó la importancia de llevar el ferrocarril, “el Belgrano Cargas tiene hoy 7600 vagones trabajando en el traslado de mercadería. Eso descongestiona el tránsito, baja los costos notablemente, da más durabilidad a las rutas”.
Durante su exposición, que recorrió distintos ejes que hacen a la producción, no faltó el Astillero Río Santiago. En ese caso, manifestó que hay un proyecto para hacer en los talleres que la empresa tiene en Ensenada, productos de hierro y fundición y nacionalizarlos. “Eso lo podemos hacerlo acá tranquilamente. El Astillero tiene personal con mucha expertise, una mano de obra calificada, que lamentablemente la vamos perdiendo en el tiempo”, alertó.
El empresario se mostró comprometido en lograr una reactivación productiva en la zona, es por ello que presentó un proyecto en las municipalidades de Ensenada y de Berisso, para la unificación administrativa de las dos localidades. “Al juntarse, podrían tener muchísima potencia. Acá están las madres de industrias, YPF es una, la siderurgia es otra, tenemos las más grandes y no las aprovechamos y una Zona Franca que está funcionando como si fuera un depósito fiscal, no aprovechando la parte industrial, Tenemos que aprovechar todo, las industrias, TecPlata y la Zona Franca”.
La cuestión impositiva también fue parte de su disertación. Es conocida la presión tributaria que hay sobre las PyMEs argentinas y en ese sentido, Di Gilio lamentó que “estamos acostumbrados a que se crean impuestos. Somos una fábrica de impuestos, pero si queremos seguir tomando leche no nos tenemos que comer la vaca”.
Al ser consultado sobre si las políticas aplicadas en el país en materia económica son perjudiciales y hacen que las empresas se vayan de Argentina, el directivo de Di Gilio Hnos. e Hijos fue rotundo al declarar que “sí, totalmente y a los políticos no se les mueve un pelo por eso. Que se haya ido Walmart que se haya ido Latam, no les movió un pelo. En los demás países están desesperados para que vayan, acá nosotros los expulsamos” y pidió que “no expulsen más empresas, hasta indiferente sería preferible a lo que nos están haciendo, no se puede seguir viviendo en esta situación”.
En ese sentido, ejemplificó que “si uno quiere ir a Uruguay lo reciben con los brazos abiertos, acá te reciben con guantes de boxeo, ese es el problema. ¿Cuándo vamos a aprender de esto?”. Agregó que “además de Uruguay, ahora se suma Paraguay como destino para los empresarios argentinos que son seducidos por beneficios impositivos de todo tipo. Nosotros llevamos máquinas y solamente es el valor de la máquina”, dijo.
Sin más, diferenció a los políticos de los economistas. “El problema es que la política quiere hacer de economista, y una cosa es ser político y otra ser economista. Si el político quiere estar en la iglesia y en la procesión, eso no lo va a poder hacer y por eso los fracasos que hemos tenido”.
“Entre todos tenemos que tratar de salir de esto, no puede ser que siendo un país como este, estemos mendigando para que nos den créditos para pagar cosas que tenemos en exceso”, concluyó.