“Teniendo movilidad laboral, el mercado del trabajo cambia totalmente”

El titular de la FELP planteó la necesidad de modificar la legislación.

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9 noviembre, 2023

El presidente de la Federación Empresaria de La Plata (FELP), Alejandro Guanzetti, aportó su perspectiva en relación al desarrollo económico y la situación actual en Argentina. Con una trayectoria de 50 años en la empresa familiar, reflexionó sobre la necesidad de cambios fundamentales en el sistema económico y político.

La historia de la PyME que conduce Guanzetti se remonta a su abuelo, un inmigrante italiano que llegó al país con la determinación de construir un futuro mejor. Desde entonces, la empresa ha pasado por varias generaciones, adaptándose y evolucionando en un entorno económico y político con crisis cíclicas.

En diálogo con Ser Industria Radio, destacó la importancia de implementar reformas laborales que fomenten la generación de empleo y la estabilidad económica en el país.

El dirigente remarcó la desconexión que observa entre los líderes políticos y la realidad de los ciudadanos. En ese sentido, subrayó la importancia de que comprendan de manera más profunda las dificultades que enfrenta la población y aboguen por políticas que impulsen el desarrollo económico y social de manera equitativa.

Además de su papel en la FELP, Guanzetti ha desempeñado roles clave en la gremial empresaria. Su dedicación y compromiso con el progreso de la región se reflejan en su incansable labor por mejorar las condiciones de vida de la comunidad y en su búsqueda de soluciones efectivas para los desafíos económicos y sociales actuales.

¿Cuántos años llevás en la empresa familiar?

Llevo 50 años. La empresa fue fundada por mi abuelo hace 90 años. Luego la administraron mi padre y mi tío. Después estuvimos junto con mis primos y en este momento estoy junto con mis hermanos. Ahora ya están mis sobrinos y mis hijos también, así que esperemos que siga otros 90 años más por lo menos.

Ya están por la cuarta generación…

Está dentro sí, nosotros éramos la tercera. Todo comenzó con un italiano que vino de Italia a los 14 años, se volvió, lo agarró la Primera Guerra y después regresó. Empezó con un horno de ladrillos y después siguió con el corralón.

Con la experiencia de cinco décadas, ¿cómo se puede calificar este momento?

Complicado como otros tantos años. No sé si tanto más o menos, pero lo que vemos es que la degradación del país es cada vez mayor. Entonces, las esperanzas de corregirlo, son cada vez más exiguas. Esperemos que alguien realmente tome las riendas y cambie el rumbo hacia dónde vamos, porque estamos cayendo demasiado bajo.

¿Cada día se hace más “cuesta arriba”?

Sí, pero aparte se ven problemas en la educación, la salud, la mala alimentación en los niños que genera que no tengan la inteligencia y las capacidades que deberían tener. Eso a futuro está dando una idea de que vamos mal y no da muchas esperanzas. A esto se le suma que la gente que tiene estudios está tratando de irse. No los culpo para nada, porque buscan un futuro que el país no se los da, por lo tanto, es lógico que se vayan a otro lado.

También crece la idea de que somos ciudadanos del mundo…

Cada uno lucha por lo suyo, es una realidad. Pero esa lucha, cuando uno está en su país, también lo hace por los demás. Sin embargo, es lógico que cuando alguien se va a otro país, pase a pelear por sí mismo, porque los que están afuera no dejan de pensar en nuestro país, en volver algún día. Pero, para eso, esto tiene que cambiar. Nuestros abuelos vinieron buscando un sitio mejor porque en Europa había una hambruna muy grande y lo lograron trabajando. Acá había cosas para hacer, dejaron el lomo y pudieron lograr un país hermoso. Hoy, lo único que estamos haciendo es destruirlo.

¿Qué respuesta te dan los políticos cuando les planteás esta situación?

Muchos no la escuchan, siguen pensando en la política y se alejan bastante del ciudadano. Cuando les hablamos de producir, de generar riqueza, ellos piensan que nos vamos a enriquecer. Para un país generar riqueza es más trabajo, es mejorar la vida de todo tu entorno. Lógicamente, alguien tiene que ganar para que todos ganemos, pero ellos no lo ven así. Ven que vas a ganar plata y eso para el político es un pecado. Acá parece que el único que puede ganar plata es el político y vemos que viven en countrys, tienen un estándar de vida que no lo tienen las personas que está trabajando y produciendo. Hay mucha injusticia. Tengo empleados que me plantean que ellos trabajando todo el día ganan lo mismo que un tipo que cobra planes, es muy duro. Esa parte es la que el político no ve. No digo que haya que quitar los planes, porque es imposible hacerle eso a gente que sin ellos se va a morir de hambre. Pero no se puede igualar el plan con un sueldo, porque de esa forma se les quita la voluntad de trabajar.  La cultura del trabajo se perdió hace años y encauzar a toda esa gente va a costar mucho.

¿A la clase política le falta la experiencia de haber sido parte del sector privado?

Sí, totalmente. No solo eso, a la clase política le falta vivir en la zona donde viven el ciudadano común. Ellos van del country a la Casa de Gobierno y de la Casa de Gobierno al country. No se rozan con la gente, no conocen la inseguridad que pasamos todos los días. Van con su custodia y no tiene problemas, están alejados de todos los peligros. Sus hijos van al colegio del country y no salen a la calle a conocer la realidad. Les falta esa parte. Es la que le contamos nosotros y nos miran con cara rara. Nos gustaría que entiendan la realidad que viven las personas todos los días en la calle.

Tenés mucha experiencia en el sector de la construcción. ¿No te resulta sorprendente los trabajadores no puedan acceder a la compra de sus viviendas?

Creo que la realización personal pasa por ahí. Trabajás, querés tener tu familia, tu casa, tu auto, darles estudio a tus hijos, generar el bienestar de toda la familia… Eso se va acrecentando día a día y contagiando a los colegas. En los barrios, cuando están opacos, feos, uno pinta una casa, al otro día aparece otra pintada, luego otra y eso es lo que necesitamos. Tenemos el grave problema de los subsidios de todo tipo que tergiversan todo. Necesitamos que los sueldos suban para que no se subsidie más nada y que la gente pueda pagar lo que valen las cosas sin tener problemas.

Sin subsidios sería un caos

Lógicamente. Si se sacan los subsidios estamos en problemas, porque tener que pagar el litro nafta $1000, que sería el precio internacional, nos hace pomada. Pero cada uno debería pagar lo suyo. ¿Se subsidia la luz al tipo que prende una lamparita en la casa o al que tiene cinco aires acondicionados? Paguemos la electricidad lo que vale y el que tiene una lamparita pagará por la lamparita y el otro por los cinco equipos de aire acondicionado. Pero, para eso, hay que generar todo un cambio y los subsidios se tienen que cortar para que nadie dependa de un estado que está haciendo cosas que no debería. El estado no debe subsidiar nada, tiene que manejar la política para que la gente viva bien, pueda caminar por la calle con seguridad, tener acceso a la sanidad, la educación… No para controlar si ganas más ganas menos. Después el mercado acomoda todo.

Considerando la situación socioeconómica actual, ¿creés que el próximo gobierno contará con el tiempo necesario para reducir los subsidios?

No es reducirlos por reducirlos. Por ejemplo, la quita de impuestos que hizo el ministro de Economía, que es totalmente irresponsable. Quiere decir que hasta ahora nos estuvieron robando porque tenían plata y nos sacaban cada vez más con impuestos. La responsabilidad del gobierno tiene que existir, incluso para que las cuentas les den y les cierren. El Estado tiene que achicarse, hay que estabilizar las cuentas. Los salarios tienen que crecer y cuando se acomode la situación, pueden empezar a reducirse los subsidios hasta sacarlos. Ningún gobierno puede hacerlo de un día para el otro, lo que pido es un cambio de rumbo. No me importa si es Massa o Milei, pero tenemos que evitar convertirnos en Venezuela. Sabemos lo que es, porque tenemos los venezolanos que nos cuentan o los cubanos que se escapan de su isla. Sigamos el camino que nos enseñan otros países como los europeos, Estados Unidos… Somos inteligentes, ¿cómo nos vamos a ver el camino que tenemos que seguir? Lo que pasa es que hay muchos intereses de gente que nos quiere llevar a otro lado, porque es mucho más fácil llevar de las narices a la gente cuando no tiene educación.

Previo a este mandato en la FELP, estuviste a cargo de la Asociación de Propietarios de camiones y de Comerciales de Materiales de la Construcción. ¿Tenés vocación por la tarea gremial empresaria?

Estoy en las entidades, me gusta hacer cosas por la gente. También formo parte del Rotary Club de Los Hornos. Siempre estoy en relación con actividades que pueden ayudar a estar mejor.

¿Hay mayor o menor participación en las entidades?

Menor y es un poco normal. Mientras más complicada está la cosa, menor es la participación, sobre todo de los jóvenes. En las entidades se trata de traer gente joven, pero están tratando de acomodar su vida y cuando la vida se hace complicada hay que dedicarle más tiempo.

Se puede pensar que uno le saca tiempo al negocio. Pero, si no hay participación y unidad, es más difícil avanzar…

Por supuesto. Juntarnos en las Cámaras, Federaciones, es para generar unidad y tener la fuerza necesaria para cambiar las cosas. Cuando nos juntamos en una entidad como ACIMCO o la Asociación de Propietarios de Camiones, tratamos de buscar el beneficio para los socios, buscamos mejorar los negocios. El problema es que, en este país, en lugar de tener tiempo para mejorar los negocios, lo único que hacemos es defendernos del ataque del Estado.

Entre los cambios necesarios, ¿se encuentra una reforma laboral?

Sí. Hay que aclarar que cuando se habla de esto, dicen que se van a quitar derechos. Pero, al contrario, la mejora laboral tiene que ser para que haya más movilidad, para que la gente pueda cambiar de trabajo sin problemas y generar mejores sueldos porque se abre la competencia. Cuando era joven, los corralones se sacaban los chóferes ofreciéndoles mejores salarios, porque había que buscar buenos trabajadores. Tenemos que volver a generar esa competencia. También se perdió la responsabilidad por el trabajo. Hay muchos empleados que toman al trabajo como si fuera una carga, no como una responsabilidad y no cumplen horarios, faltan. Un cambio de leyes laborales los obligaría a ser responsable, como es responsable un patrón de abrir todos los días, porque si no los negocios se caen.

A la hora de contratar una persona, ¿el temor a un juicio laboral inclina la balanza para no hacerlo?

Cuando se necesita, no puede ser un obstáculo. Pero se deja de tomar gente muchas veces para trabajos puntuales, por temor a esas cosas. En nuestro país el trabajo sube y baja continuamente. Eso te llevaría a tomar más gente por momentos, pero te frenás, porque los juicios laborales realmente son un problema. Cambiando la legislación, se podría bajar la cantidad de juicios y generar más trabajo.

¿Un juicio laboral puede quebrar una empresa?

Sí. Lo que pasa es que hay juicios laborales en empresas de 50 o 100 personas, pero también en las que tienen dos empleados. A esas, un juicio las funde.

¿Hay un error de comunicación del sector empresario para explicar la reforma laboral o demasiado prejuicio del lado sindical?

Están muy cerrados. La reforma laboral nadie sabe exactamente a dónde apunta, Hay una reforma que pienso yo, otra que piensan los políticos y otra que piensan los sindicatos, porque hasta ellos creen que tenemos leyes de otras épocas. Escucho hablar que a las mujeres de que se le paga menos, eso hace rato que no pasa. El sueldo acá es el mismo trabajo es el mismo para quien trabaja, sea del género que sea. Con el tema de leyes laborales habría que sentarse a negociar y llegar a un acuerdo. Muchas veces usamos de ejemplo el fondo de desempleo de UOCRA. Tengo mi forma de verlo, creo en un fondo distinto, para que si una persona se queda sin trabajo tenga para vivir el tiempo que sea necesario hasta que consiga otro empleo. Teniendo movilidad laboral, el mercado del trabajo cambia totalmente. No solamente el empleador busca un empleado mejor, sino que el empleado busca un trabajo mejor. Al no haber tanta movilidad laboral el empleado se queda con lo que tiene.

En sus discursos, los políticos hablan mucho de las PyMEs. ¿Sienten que son apoyadas?

Para las PyMEs puede ser que haya ayuda financiera, pero beneficios impositivos prácticamente no hay. Normalmente siempre te dan por un lado y te sacan por el otro.

¿Cómo ves el desarrollo de la industria en la región?

Necesitamos un marco económico que permita la creación y el progreso de las empresas. Somos la ciudad del país que más barrios tomados tenemos, hay que generar trabajo para toda esa gente porque si no, van a seguir pasando hambre. Hay compañías que toman a dos personas y producen una barbaridad. No digo que sea malo, pero necesitamos empresas que tomen mucha mano de obra para darle trabajo a toda esa gente, porque la riqueza real la genera la industria.

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