El 10 de diciembre de 2023, Argentina ingresó en una nueva etapa, donde las estructuras del estado no sólo son cuestionadas sino que son directamente disueltas o reducidas. Pero la impronta del gobierno libertario también impacta sobre el sector privado, no sólo por las desregulaciones sino por los efectos de la profunda recesión que atraviesa la economía.

Esto genera nuevas situaciones en las empresas, porque la incertidumbre, los ritmos productivos y los temores, influyen en los estados de ánimo de las personas que integran las compañías. 

Para conocer cómo se vive este proceso dentro de las organizaciones, Ser Industria Radio convocó a Gustavo Piccola, coach ejecutivo, asesor en liderazgo y cultura organizacional.

El especialista sostuvo que “transitamos un cambio de paradigma sobre la gestión de las empresas. Por ejemplo, venimos de una gran cantidad de años donde el gerente financiero era el jugador más importante, porque muchas veces las oportunidades que se daban en el sector financiero, a través de la diferencia de tipo de cambio, la tasa de interés, las inversiones,  cubrían las deficiencias operativas de la empresa. Ahora, el nuevo gobierno apunta a que la inflación no exista, a tasas de interés muy bajas y un tipo de cambio controlado por el mercado. Esto hace que el paradigma de las empresas cambie y que ese gerente financiero, que era el más importante, pase a ser parte del equipo”.

“Ahí veo un gran cambio, porque las empresas, los empresarios y los líderes van a tener que hacer efectivos sus negocios. La faz financiera no va a permitirles cubrir posibles errores de gestión. Creo que las empresas que van a perdurar en el tiempo son aquellas donde quienes las conduzcan, suelten el paradigma del jefe, del gerente, del dueño, para convertirse en líderes. Eso impacta en el hacer de la empresa y la forma en que se relacionan las personas para que se sientan importantes dentro de la empresa. Por ahí va el camino”, agregó. 

Nuevas modalidades

Uno de los factores que genera temor a los trabajadores, se vincula a la posibilidad de perder el empleo por la recesión o el avance tecnológico, situación que se advierte en las compañías. 

En ese sentido, Picolla sostuvo que “el cambio más fuerte se dio con la pandemia y el home office, que trajo ciertas turbulencias porque las empresas y quienes las lideran no estaban preparados. Pero además, están los cambios por los avances en la tecnología. Eso hace que, en algunos casos, las capacidades queden obsoletas. Este tipo de cuestiones también impactan sobre algo que es clave en el futuro de las empresas: la emocionalidad y el estado de ánimo de las personas que tienen que ejecutar”.  

“Antes había un cambio importante, pero después llegaba una meseta que daba tiempo para acostumbrarse antes de otro cambio. Pero hoy esa meseta es muy breve. Estamos siempre en continuo cambio. Por eso, en la medida que las personas no suelten el paradigma del jefe para ir al paradigma del líder, van a estar en problemas”, añadió. 

Liderazgo efectivo

El especialista en cultura organizacional, planteó que es necesario adaptarse a nuevas prácticas de conducción. “Por lo general, el jefe hace que lo que se hace, tenga que ver con lo que él dice y lo que él dice es lo que se lleva a la acción. Eso sucede porque ve a las personas como recursos. Pero el líder ve a las personas como seres humanos y los trata como tales. Entonces se trabaja sobre la mejor idea, que surge entre todos los que trabajan juntos. Ahí va a radicar la diferencia”. 

Consultado sobre la forma en que se debe llevar adelante este cambio, sostuvo que “el trabajo se debe hacer más por el lado del acompañamiento. Cuando doy capacitaciones sobre liderazgo, la pregunta que aparece es ¿qué tengo que hacer para ser un líder? Desde mi óptica está mal, porque no es lo que tenés que hacer, esa es una segunda instancia. La pregunta lógica debería ser, ¿quién tengo que ser para ser líder? Ahí es donde hay un trabajo de acompañamiento, donde no se trata sólo de habilidades, sino también de creencias, pensamientos, de quién tenés que ser para convertirte en ese líder que escuche ideas y vea a las personas como personas”. 

Al respecto señaló que “es un trabajo doble. Una parte tiene que ver con la capacitación y otra con un acompañamiento para que la persona se convierta en el líder que quiera ser. 

Finalmente, Picolla insistió en que “ante la velocidad de los cambios no se puede hacer nada con eso, porque eso está fuera de nuestro control. Debemos enfocarnos en las cosas que puede controlar,  lo que trae el contexto. La pregunta que tenemos que hacernos es ¿qué podemos hacer frente a este contexto que cambia rápidamente? Y en función de eso, empezar a ejecutar, porque lo único que está bajo nuestro control son  nuestros pensamientos y nuestras acciones”.