Un nuevo incremento en el combustible, insumo central del transporte de cargas, motivó una nueva suba en el Índice de Costos de febrero de 2018, que según la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) se fijó en 1.85%. Así, los gastos que las empresas deben paliar siguen en suba en lo que va del año y en los últimos seis meses treparon un 14%.
Una gran porción del aumento de costos tiene estrecha vinculación con el comportamiento del combustible en el mercado interno, que en febrero trepó un 3.07%. Esta suba es la cuarta desde octubre de 2017. Desde entonces, acumula un incremento de 24 puntos porcentuales, lo que supera las proyecciones de inflación minorista para este año.
El actual esquema de conformación del precio interno de los combustibles surge principalmente a partir de las variaciones del crudo internacional (Brent) y del tipo de cambio, además de los impuestos y el precio de los biocombustibles. Dicho esquema de desregulación del mercado de hidrocarburos vigente desde fines de 2017 tuvo como antesala el acuerdo de precios internacionales suscripto entre las firmas petroleras y el Ministerio de Energía, que vincula el precio interno con el precio internacional y el tipo de cambio. Así, cualquier variación de estas principales variables impacta en forma directa en el precio del gas-oil.
A pesar de la baja en el precio internacional del petróleo en la última semana del mes, no hay indicios de que esto se refleje en precios locales más bajos. Por el contrario, Argentina continúa manteniendo los precios del gas-oil en dólares más altos de la región, con excepción de Uruguay y con una diferencia de casi el 9% con Brasil y del 24% con Chile.
En lo que respecta al índice general durante el primer bimestre del año se destacan, además del aumento anual por patentes del 30.7 %, la suba de los combustibles de un 8%, la del costo financiero de 7.5% y la del material rodante que fue del 6.2%. En el incremento desagregado en 2017, lideraron los aumentos los peajes con 42.2%, en el marco de los fuertes ajustes en el tránsito desde y hacia la CABA, seguido por los gastos generales en 40%, las patentes en 35% y el costo financiero en 29.7%.
Bajo este escenario, el sostenido aumento de los costos para transportar mercadería en el país tiene el agravante de sumar una carga impositiva del orden del 40% que conspira contra la competitividad del Sector.