El fundador y socio gerente de Inoxpla Ingeniería, Hugo Timossi, compartió su visión de la actualidad con Ser Industria Radio. El empresario, que ocupa la vicepresidencia de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) y hace una semana culminó su segundo mandato al frente de la Unión Industrial del Gran La Plata (UIGLP), se hizo presente en los estudios de 221Radio 103.1 de la ciudad de La Plata.
“Fue un orgullo representar a la institución durante seis años. En los tres primeros recorrí muchas empresas para ver todo lo que se produce en La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen y Magdalena. También hubo mucho movimiento con problemas gremiales, Luego vino la pandemia. Ahora la UIGLP quedó a cargo de Eugenia Ctibor, una de las primeras mujeres en asumir como presidenta de una UI territorial. Es una empresaria muy capaz”, sostuvo Timossi.
Asimismo, afirmó que continuará un año más como vicepresidente de la UIPBA y también como Consejero del Banco Provincia. Por otro lado, expresó que “hace un tiempo que habíamos solicitado para la UIPBA un lugar en el directorio del Consorcio de Gestión de Puerto La Plata. Hubo una reforma y no pudimos retener ese espacio. Ahora lo ocupa la Cámara de Comercio de Ensenada. En mi opinión, pienso que es un tema netamente político. Es una pena, porque se trata de un lugar de vital importancia para la industria”.
¿Qué produce Inoxpla ingeniería?
Fundé la empresa en 1984, hacíamos lavamanos para los frigoríficos. En el año 86 tuvimos un proyecto muy grande con Copetro, una de las calcinadoras de coque más importantes del mundo, para dejar de calcinar con gas. Fabricamos unas lanzas de oxígeno y el primer evaporador, que era para gasificar ese oxígeno que estaba dentro de un tanque de 80 mil litros. Después de 40 años, hay más de 7000 evaporadores instalados por Sudamérica, gasificando líquidos criogénicos, hidrocriogénicos, oxígeno, nitrógeno. Desde entonces empezamos a incursionar y actualmente somos líderes en el negocio de la criogenia. Además, tenemos otro sector, el de calderería. Trabajamos metales especiales donde se hacen piezas o equipos en titanio en todas las aleaciones de níquel y fundamentalmente aluminio. Fabricamos los depósitos más grandes hechos en la República Argentina, que están instalados en Petrocuyo. Son 10 de seis metros de diámetro por 25 de altura.
Desde el 84 a la fecha, hubo muchas crisis en Argentina. ¿Cómo las atravesó la empresa?
Es muy complejo el tema, muy complicado. Hablo en forma personal, no institucional. Para tener una idea, en la crisis del 2001 quisimos hacer quisimos virar lo que estábamos haciendo y nos dimos cuenta que no tenía sentido, había muy poco trabajo en Argentina. Pero lo que hizo Remes Lenicov, nos benefició en el aspecto de decir que, de tener un costo horario de aproximadamente 12, 15 dólares, bajamos a 5. La empresa, en ese momento, facturaba un 80% a nivel nacional y un 20% de exportación. Entre 2002 y 2004 se revirtió. El 80% era exportación y el 20% a nivel nacional. Por el buen manejo de la economía, desde el 2004 al 2008, fue nivelando nuevamente la producción y volvimos a un 70 -30 aproximadamente. Luego, en un momento exportamos un millón de dólares anuales, número que fue cayendo, lamentablemente, por los costos. El costo de la mano de obra está compuesto por muchísimos ítems desde el salario, las cargas previsionales, impuestos, la energía. Hablemos de gas electricidad, la amortización de máquinas. Así se va cerrando un costo que define si uno es competitivo o no.
¿Qué pasó después?
Por el 2014, 2015 volvimos a estar en el orden de los 12 dólares y exportábamos a razón de 18 dólares por kilo de aluminio de evaporador, que pesaba 200 kilos. Multiplicado por 18 dólares el kilo y daba 3.600 dólar. En la actualidad hay que darse cuenta que el mercado se maneja con el dólar paralelo, más allá de que nos guste o no. Por ejemplo, el inoxidable que valía 3,50 dólares, vale de 10 a 12; el aluminio de 4 dólares pasó a 8. Entonces vemos que un automóvil en Chile, país que no fabrica, vale 10 mil dólares y en Argentina vale 40 mil dólares de los que fija el gobierno, de poco más de 200 pesos. Tampoco entendemos por qué motivo, una cubierta que fabrica Firestone o Bridgestone, en Llavalloil, vale más de 100 mil pesos en Argentina y 50 mil en Paraguay. Desgraciadamente el costo de la mano de obra argentina se fue hacia arriba, estamos en el orden de los 27 dólares la hora y el kilo que puedo exportar de evaporador, está en el orden de los 25, 26 dólares. Así no le vendo nada a nadie. El año pasado mi empresa exportó por 20 mil dólares y en 2023 exportamos 0. Esto significa que todas las empresas del estilo INOXPLA, tecnificadas, calificadas, que tienen valor agregado y de venta al exterior muy importante, lamentablemente no están en condiciones de competir por el desdoblamiento cambiario. Siempre digo muchos de estos muchachos que toman las decisiones, nunca pagaron una quincena. Tendrían que estar dentro de una empresa y ver realmente cómo es la conformación del precio.
El gobierno anterior invitaba a los empresarios a dedicarse a la importación si la industria no era rentable y ahora parece que tampoco se da respuesta a los problemas de los empresarios, a quienes algunos funcionarios responsabilizan de la inflación. ¿Cómo lo viven desde la UITBA?
En forma personal creo que hoy no nos dejan ni importar ni exportar. Casualmente estuve hablando con gente de Chile, de una empresa como YPF en Argentina. Gasco. Ellos distribuyen gas licuado de petróleo y nos estaban solicitando equipos para gasificarlo. Tenemos que estudiarlo, ver qué podemos hacer con un evaporador ambiental porque ellos traen unos equipos desde Estados Unidos y hablaron de la importancia de Argentina de poder licuar el GNL, porque del gas natural también se extrae CO2, que tiene aplicaciones infinitas. Se extraen el gas licuado del petróleo, gases que utilizamos en las garrafas, propano, butano. Ellos destacan la importancia que tendría Argentina si pone en funcionamiento eso, porque podrían tener costos inferiores a los que tienen actualmente. Por otro lado, no creo que el industrial de alimentos sea el culpable del tema inflacionario. El tema inflacionario es muy sencillo. El tipo de cambio tendría que ser liberado totalmente, el gasto público debería bajarse enormemente y la maquinita de imprimir se tendría que frenar abruptamente para que de una vez y por todas vivamos la realidad, porque así vivimos de una manera que es ficticia. El mercado maneja todo en el mundo. Ahora, nuestro ministro de Economía, posiblemente pueda conseguir 8.000. 10.000 o 12.000 millones de dólares, cifras que, al Fondo Monetario Internacional o Estados Unidos, no le mueven el amperímetro en absoluto.
¿Un tema clave es recuperar la confianza?
Días atrás, en una en una reunión de la UIPBA, una persona vino a promover la ampliación de negocios con Corea, porque es el país que creció, más que Japón. Después planteó si los argentinos estaríamos dispuestos a sacar los dólares que están debajo del colchón para dárselos al Estado para pagar la deuda externa y empezar nuevamente. Creo que, si le preguntan a un millón de argentinos, todos coinciden en que no lo harían bajo ningún punto de vista. Lamentablemente, así como nosotros desconfiamos de nuestros políticos, también el mundo desconfía de ellos. El mundo nos desconfía, así como nosotros mismos nos desconfiamos.
Eso se manifiesta en las descalificaciones públicas que se hacen internamente los integrantes de las coaliciones políticas…
Hoy tenemos tres corrientes. La que está gobernando y no le está yendo bien; la otra línea, a la que no le fue bien anteriormente y el que apareció y puede tener algún tipo de posibilidad. Lo vemos un poco descarriado, dice muchas verdades, pero con crueldad, Hay que tener mucho cuidado. Necesitamos una persona pensante, así como cuando tomó las riendas Lavagna en el ministerio de Economía, que realmente sabía lo que estaba haciendo. Nos llevó a tener inflación de un dígito por año y que nos hizo crecer al 7% anual. Detrás de esa persona, necesitamos una reforma estructural de todas las leyes de Argentina, que hagan que el inversor no tenga ninguna duda, porque el problema es que uno invierte y al otro día se encuentro con que cambiaron todas las reglas de juego. Así, como estamos, no se puede.
¿Cómo ves la propuesta de dolarizar?
No entiendo de economía, pero, ante todo, hay que tener los dólares. El país está falto de dólares, es muy complejo dolarizar con esta estructura, es lo que entiendo. Gracias a Dios, mi trabajo me dio la posibilidad de recorrer todos los países de Sudamérica y ver más o menos cómo se mueven. En Ecuador la economía está dolarizada. Allí fui a visitar empresas de gases del aire y a una persona que me había comprado equipos. No es de ninguna multinacional. Tenía un taller chico que solamente hacía tanques. Cuando pasó a buscarnos para cenar, vino en una camioneta que hizo que mi mujer y yo pensáramos que habíamos vuelto a subir al Boeing que nos llevó hasta Ecuador. Hay mucha diferencia entre tener una industria en Ecuador, Chile o cualquier país de Sudamérica con respecto a Argentina. Tengo 71 años y todos los días voy a la fábrica, no tengo otra alternativa. Argentina tiene por lejos la mejor mano de obra de Sudamérica. A nosotros en 2010 después de haber fabricado los silos de aluminio más grandes que existen para Petrocuyo, nos dieron la posibilidad de construir los tres cohetes para el proyecto Tronador. Los lanzamos con la actual Vicepresidenta, para llevar a la órbita a los satélites que hace INVAP. En vez de llevarlos a Guyana, se hacía desde Puerto Belgrano.
Debe ser una producción muy compleja…
Hay que ir por etapas. La primera fue la construcción de estas tres primeras naves. Al lanzarse, con dos hubo algún problema y el restante fue realmente un éxito total. Entonces se pasó a la segunda etapa, que era construir en titanio unas esferas de 600 milímetros de diámetro en un milímetro y medio de espesor, la soldadura calidad nuclear. Hicimos un estudio acompañados por la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Tecnológica Nacional de nuestra región. Entre todos fuimos para adelante y se construyeron tres de esas esferas. Las cobramos 48 mil dólares y después nos enteramos que en Estados Unidos valían 100 mil dólares. Construirlas demandaba de una calidad de mano de obra más que importante. Estamos desaprovechando oportunidades. Nuestra empresa sigue apostando. Tenemos soldadores, hacemos venir a sus hijos para que aprendan el oficio, los ponemos como ayudantes, porque sabemos que esto tiene que continuar. Independientemente de la cantidad de cursos que pueda brindar la universidad o cualquier ente, el mejor aprendizaje es el de la mano, el que se genera cuando estás ante el que pliega, suelda, corta… La industria tiene que manejarse por su lado. Queremos tener la posibilidad de continuar con condiciones que nos tiene que generar el estado, que tiene que ocuparse de lo elemental que es educación, salud, seguridad.
A pesar del momento, hay un mensaje optimista y propositivo y muy importante para el sector que representa UIPBA
Por medio de la UIPBA hicimos los corredores Norte y Sur, que es el que nos incluye. Tenemos a las uniones industriales de Avellaneda, Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. Charlando con ellos les propuse ver la posibilidad de tener reuniones con TecPlata y Zona Franca, porque muchas veces las empresas están dependiendo del puerto de Buenos Aires. Tenemos un puerto que puede ofrecer muchísimas ventajas. Hablando con la gente de TecPlata nos comentaban que tienen un barco que está en estos momentos en Montevideo. Tendríamos que asegurarle 25 camiones por día. Te doy el caso de Cerámica Ctibor, que exportaba ladrillos a Montevideo. La logística de 800 kilómetros con camión, complicó el negocio. En este caso alcanzaría hacer 20 km hasta el puerto de La Plata, subirlo al barco con todo precintado y bajarlo en Montevideo. Estoy intentando con ellos y la gente de la terminal de contenedores. No tenemos alternativas, trabajar es la única manera que nos permitirá salir adelante.
