El crecimiento económico de Neuquén es inocultable. La abundancia de hidrocarburos llevó a la provincia a un desarrollo industrial que muchos ya comparan con una fiebre del oro. Pero detrás de esta expansión, se esconden desafíos que requieren no solo una buena gestión, sino una visión a largo plazo. Hipólito Salvatori, subsecretario de Industria provincial, ha enfrentado a esta realidad en sus primeros diez meses en el cargo.

“Neuquén está viviendo una fiebre del oro negro”, expresó el funcionario en Ser Industria Radio. La atracción de la industria del oil and gas, principalmente en torno a Vaca Muerta, trajo consigo un flujo constante de empresas y trabajadores. “Se están radicando 25 familias por semana en la provincia. Hay que acompañarlo con infraestructura, industria de la construcción y todos los servicios que requiere este crecimiento”, explicó.

El desarrollo de la industria petrolera ha generado una cadena de demanda que va mucho más allá de los pozos de Vaca Muerta. Neuquén ha implementado una ley de Promoción que protege y fomenta el desarrollo de empresas locales. “Las empresas neuquinas no solo están cubriendo su expertise, sino que se ven obligadas a desarrollar soluciones integrales para las operadoras petroleras y sus proveedores”, comentó el subsecretario.

Sin embargo, esta expansión no está exenta de obstáculos. Uno de los mayores retos es la falta de infraestructura adecuada para evacuar la producción de Vaca Muerta. “Hoy en día estamos ralentizados porque no hay ductos suficientes para evacuar toda la producción. El RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) puede ser clave para radicar las inversiones necesarias en electroductos, poliductos y gasoductos”, subrayó señalando que esta infraestructura es crítica para sostener el crecimiento.

A nivel nacional, las críticas al RIGI también se han hecho oír, especialmente en lo que respecta a la falta de incentivos claros para el desarrollo de proveedores nacionales. Sin embargo, la reciente reglamentación ha incluido medidas que buscan promover el desarrollo de cadenas productivas locales.

En este sentido, Salvatori adelantó que desde el gobierno neuquino están “complementando esto con un régimen de promoción local, centrado en reducir los tributos provinciales como ingresos brutos, sellos e inmobiliarios. Queremos que las empresas inviertan aquí y ayuden a dinamizar la economía local”.

A medida que el auge industrial avanza, la provincia ha comenzado a atraer a clústeres de otras regiones de Argentina. “No alcanza con las empresas neuquinas. Estamos trabajando para que clústeres de otras provincias puedan ingresar y cubrir la demanda de servicios”, comentó. Al respecto, señaló que identificaron a más de 7.511 compañías que ya tributan indirectamente en la provincia. El objetivo de atraerlas para que se radiquen de manera permanente.

Zona Franca Zapala

La Zona Franca de Zapala, ubicada en territorio neuquino, no solo se concibe como un eje logístico, sino que también se perfila como un centro clave para la industrialización y el desarrollo productivo de la región. Salvatori remarcó que está habilitada para llevar a cabo procesos industriales e ingresar los productos al mercado local, algo que hasta el momento solo podía hacerlo la de General Pico, La Pampa.

Asimismo, aclaró que “no será solo para procesos relacionados con Vaca Muerta. estamos trabajando con sectores como la acuicultura en la región de Los Lagos, implementando plantas de faenado dentro de la zona”, señaló el funcionario. De esta manera, se anticipa que diferentes sectores productivos aprovechen esta infraestructura estratégica.

Salvatori destacó las ventajas geográficas y logísticas de esta zona franca. “La estamos asociando mucho a los puertos chilenos de Concepción. En un día de camión, podemos trasladar productos desde Concepción a la zona franca, lo que abre enormes posibilidades para alimentar los procesos de Vaca Muerta”, explicó. De esta forma, refuerza la idea de Zapala como un nodo clave en el corredor bioceánico entre Bahía Blanca y el Pacífico.

“Zapala está estratégicamente situada en el centro de la provincia, lo que la convierte en un punto de distribución ideal. Tenemos 250 hectáreas destinadas a la industrialización, lo que atrae a empresas que buscan aprovechar esta ubicación privilegiada”, detalló Salvatori.

El subsecretario de Industria, a cargo del comité de vigilancia de la Zona Franca, señaló que, si bien el régimen de zonas francas en Argentina ha sido criticado por su antigüedad y limitaciones, en el caso de Zapala puede ser una herramienta poderosa para impulsar la industria local. “Esta zona franca ayudará a atraer industrias y generar empleo, algo que es esencial en una localidad que había quedado estancada”, afirmó.

Al respecto, mencionó como ejemplo el caso de una planta de faenado de trucha que exporta semanalmente 7.000 kilos y que, ante la falta de capacidad en su ubicación actual, podría trasladarse a Zapala para aprovechar el regimen.

Lejos de generar conflictos con el parque industrial ubicado a lado de la Zona Franca, Salvatori ve una complementariedad. “Son dos perfiles diferentes. Las empresas del parque industrial pueden ofrecer servicios a las que se instalen en la zona franca“, explicó.

En esa sintonía, destacó que la Zona Franca está orientada principalmente al sector exportador, donde se encuentran las mayores ventajas impositivas. “Es allí donde las empresas pueden aprovechar realmente los beneficios. Al ingresar productos al mercado local, esas ventajas se diluyen, por lo que el foco está en las exportaciones”, explicó.

Después de los hidrocarburos

A pesar del optimismo que rodea el desarrollo de Vaca Muerta, Neuquén no es ajena a los retos a largo plazo. Con la creciente tendencia mundial hacia la descarbonización, la provincia está comenzando a buscar alternativas que le permitan diversificar su economía.

“Sabemos que el hidrocarburo no va a durar para siempre. Estamos apostando por la economía del conocimiento, el turismo y las energías renovables. La industria del software, por ejemplo, está creciendo mucho en lugares como San Martín de los Andes y Villa La Angostura, donde los desarrolladores ya están facturando tres millones de dólares mensuales”, destacó.

El futuro de Neuquén también está ligado a las energías renovables y Salvatori, con ocho años de experiencia en el sector, ve grandes oportunidades. El RIGI podría facilitar el desarrollo de proyectos de hasta 300 megavatios en energías limpias. Además, podría resolver la saturación de las redes de transporte en la Patagonia y Buenos Aires.

A su vez, la provincia puede aprovechar el despacho conjunto de energías renovables e hidroeléctricas. Sobre eso, contó que “las hidroeléctricas funcionan como baterías para las energías renovables. En momentos de intermitencia, podemos usar el agua acumulada para garantizar el suministro. Con casi 4.000 megas de capacidad hidráulica instalada, Neuquén tiene un gran potencial para las energías renovables”, concluyó.